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SANDRA S. FERRERÍA
OVIEDO.
Domingo, 9 de febrero 2020, 01:48
«¿El nombre de la calle en la que vivimos? Ya ni lo sabemos». De manera irónica. Así responden los vecinos de Fernández Ladreda tras la vuelta de esta calle a su nombre anterior, al igual que ha ocurrido con las de General Yagüe, Yela ... Utrilla y Marcos Peña Royo. Por la orden del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) se anularon cuatro de los veintiún cambios de nombre en el callejero de Oviedo que el anterior equipo de gobierno había realizado para recuperar la memoria democrática de la ciudad. Ideologías aparte, los vecinos de estas cuatro calles lamentan el «trajín» que supone volver a cambiar el nombre de las calles. Así, los negocios encuentran problemas con los proveedores para que sitúen la calle, deben cambiar el nombre que aparece en las facturas y en las tarjetas de visita, así como la ubicación en redes sociales. Por su parte, los vecinos encuentran dificultades en documentos como el DNI o el carné de conducir.
«Hay un descontento generalizado de los vecinos. Nos las sabemos de memoria, es una manera de gastar dinero», critica un vecino de la calle Fernández Ladreda. «Los repartidores llaman preguntando si estábamos en Joaquín Costa o Fernández Ladreda», explica Salvador Garriga, trabajador de la sidrería El Rey de la Tapería. Aunque reconoce que con la vuelta al nombre originario «igual hay menos lío, porque lo conoce todo el mundo».
El matrimonio formado por Juan Carlos Álvarez y Graciela Argüero, junto con su hija Claudia, reconoce que nunca cambiaron en su DNI la calle por Joaquín Costa. Asimismo, su mujer y su hija afirman que en plataformas como Amazon a la hora de hacer un pedido «no podías poner Joaquín Costa, no te lo admitía».
El descontento se traslada al resto de calles. En General Yagüe se sitúa la peluquería Llongueras. Allí, su encargada, Ana Álvarez, ya ha cambiado la dirección en los pedidos que reciben, y la ubicación en sus redes sociales y en las tarjetas de visita. «Es verdad que muchos proveedores llamaban preguntando en qué calle estábamos», explica.
Distinto es el caso de la clínica de Fisioterapia Fibras. Ismael López, uno de los fisioterapeutas que trabajan allí explica que cuando llaman preguntando dónde se encuentran, utilizan como referencia « estamos frente a la Comisaría de Policía». Ahora esperan agotar los 'flyers' de publicidad que tienen con el nombre de Juan Benito Argüelles para, de nuevo, volver a poner General Yagüe.
«Son maneras de marear a la gente y de gastar el dinero», indica Isabel Alonso, trabajadora del herbolario Santiveri en la calle Marcos Peña Royo. «En el GPS seguía viniendo Marcos Peña Royo, según los viajantes», explica. «Los vecinos se quejan porque es un trajín andar cambiando. Son cosas políticas. Anda que no habrá dónde gastar dinero, según está Oviedo y el pequeño comercio que va abocado a desaparecer», lamenta. En su caso, no llegaron a cambiar el nombre de la calle por Lola Mateos. «Cuando lo íbamos a cambiar vimos en prensa que se iba a recurrir y decidimos esperar. Eso que nos ahorramos», celebra.
Por su parte, la edil de Somos, Ana Taboada, ha contestado al posicionamiento del grupo municipal de Ciudadanos respecto a la Ley de Memoria Democrática. Los naranjas aseguraron que respaldan el cumplimiento de la norma y vinculan la restitución de cuatro calles franquistas con «una actuación negligente del tripartito». Taboada aseguró que si ésa es su postura «lo que tiene que hacer es retirar del callejero los nombres de genocidas como el General Yagüe y devolver al lugar que le corresponden» las cuatro placas retiradas por orden judicial.
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