Una Noche Blanca que mira a Europa

La lluvia no paró la fiesta pese a que media hora antes del comienzo de las actividades previstas hizo acto de presencia de manera insistente. Nada iba a evitar que las 46 actividades se pusieran en marcha en los distintos horarios y en las cuarenta sedes previstas por el Ayuntamiento y la organización. La Noche Blanca llenó la ciudad de arte por los cuatro costados y le sirvió al Consistorio para poner la vista en la capitalidad cultural que aspira a lograr en 2031. En palabras del alcalde, Alfredo Canteli, supone «el pistoletazo de salida para lograr ese objetivo».

Una apuesta de la Concejalía de Cultura en la que se hizo presente una nueva visión: llevar las actividades a lugares donde se plantea una recuperación de zonas degradadas de la ciudad, en este caso y principalmente la fábrica de La Vega, un clásico al que se sumó el Kuivi de Almacenes Industriales, espacio especialmente degradado tras años de abandono que se ofreció como gran novedad y que la candidatura utilizará para dar un impulso a su trabajo.

El regidor, que visitó varias de las sedes ayer por la noche a la salida de la ópera, reclamó, además, «la colaboración del Principado» para optar a la Capital Europea de la Cultura porque «yo creo que no es sólo para Oviedo, es para Asturias, aunque lo consiga Oviedo. Trataremos de que se suban ayuntamientos importantes de la región. Es un momento importante para Oviedo y para Asturias, por eso pido el apoyo de todos».

Para terminar, Canteli destacó la importancia de la Noche Blanca en el panorama cultural ovetense: «Oviedo es cultura, permanentemente, y esto empieza a ser algo que es muy Oviedo, muy nuestro, que hay que mantener, que hay que hacerlo crecer en los años», enfatizó.

En total, cuarenta enclaves en los que se desarrolló el programa con 46 actividades durante más de diez horas con las artes plásticas, la música, el patrimonio, las artes escénicas, el audiovisual, la literatura y la tecnología como piezas básicas que el público, en gran número pese a la lluvia, a veces intermitente, siguió con interés conociendo las nuevas tendencias.

Junto al alcalde, el director y creador de la Noche Blanca de Oviedo, José Castellano, era un mar de nervios y también de confianza. Nervios por la climatología adversa y confianza porque el trabajo realizado ya estaba hecho. Con todo, Castellano destacó que la programación de la Noche Blanca «muy transversal y que llega a todos los públicos porque todo el mundo encuentra actividades que encajen con sus gustos».

Durante la jornada de tarde, noche y madrugada no se suspendió ninguna actividad y sólo una, 'Los Dormiyosos', no actuaron en el lugar previsto, la Corrada del Obispo, para trasladarse a la entrada lateral del Museo Arqueológico. El programa alcanzó uno de sus momentos cumbre en La Vega con 'Flux', de Collectif Scale, creativos franceses que mostraron una pieza de arquitectura cinética motorizada formada por líneas de luz dinámica, que se ha podido ver en algunos de los eventos artísticos más importantes del planeta.

El programa continuó con otra instalación audiovisual: 'Immersion', del artista 3D y programador británico Robbie Cooper, quien grabó durante cuatro años las expresiones de multitud de personas de todas las edades inmersas en los medios digitales. Las grabaciones obtenidas se proyectaron en la antigua sede de Banesto.

Así, hasta 46 actividades que hicieron las delicias del numeroso público presente a lo largo y ancho de la geografía urbana, que disfrutó de la ópera en la Catedral, de la charla literaria entre Edu Galán y Manuel Jabois en el Filarmónica, entre otras muchas cosas. Una noche para el arte, casi interminable.

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