Angustia de una madre en Oviedo
«Mientras pasaban las horas y no tenía noticias de mi hijo, me quería morir»

Un adolescente con síndrome de Asperger se fue de casa sonámbulo y apareció en una hamburguesería del centro comercial Los Prados, dormido

Covadonga del Nero

Jueves, 20 de abril 2023 | Actualizado 21/04/2023 02:21h.

«No se lo deseo a nadie». Paula Becerra aún tiene muy presentes las cuatro horas de pánico que pasó después de que en la mañana del pasado miércoles su hijo, de quince años y que tiene síndrome de Asperger, desapareciera sonámbulo de su casa. Fue hallado dormido en una hamburguesería del centro comercial de Los Prados.

Un final feliz. «Mi hijo tuvo las herramientas para poder pasar este examen que le puso la vida», valora tras el susto. Si bien, también piden «mayor concienciación de la sociedad hacia estos problemas de salud», para que cuando alguien esté desamparado reciba la mayor ayuda posible en todas las facetas.

A las seis de la mañana, la alarma siempre despierta al chico para poder jugar antes de ir al colegio. Cuando Becerra se levantó a las ocho, se dio cuenta que no estaba en casa. Así comenzaron horas de angustia para una madre que sabía que su hijo le necesitaba.

Lo primero que pensó fue que su hijo se había ido al supermercado más cercano. Nada. «Se había puesto la sudadera y me había cogido quince euros de la cartera. Nunca, nunca me había cogido dinero ni se había ido de casa así», incide.

A continuación llamó al centro comercial de Los Prados, donde acuden a menudo a merendar. Nada. Contactó con su terapeuta que fue hasta allí. Nada. Entonces, la madre alertó a la Policía Local, que «inmediatamente» se puso a buscar al chico. También la Policía Nacional. A las doce de la mañana, la madre, dos amigas suyas y el terapeuta seguían por las inmediaciones del centro comercial porque «yo estaba segura de que acabaría yendo hasta allí». Mientras subía las escaleras mecánicas, «le vi, allí, indefenso, dormido sobre una mesa».

«Mamá, ¿por qué lloras? Me perdí, me asusté y te estaba esperando», fueron sus palabras. Tras el encuentro, la calma. «El susto no se puede ni imaginar, pasaban las horas y no tenía noticias de mi hijo, me quería morir», asegura la madre, ahora ya «tranquila, con mi hijo en casa». «Llega a tardar dos horas más en aparecer y me da algo», concluyó.