Marco Bermúdez durante la charla que ofreció sobre emprendimiento en La Ería. MARIO ROJAS

Dos empresas y una mente prodigiosa: el niño ovetense de solo 13 años que ya es todo un líder

Marco Bermúdez tiene una empresa de impresión de 3D con la que factura tras dos proyectos fallidos: «Nunca me desmotivé»

Susana Neira

Oviedo

Jueves, 7 de noviembre 2024, 19:39

«Soy Marco Bermúdez Naveiras, tengo 13 años y en lo que llevo emprendiendo he montado dos proyectos y una empresa». Una con la que ya factura, llamada ThreeDmensional, que ofrece servicios innovadores de impresión 3D, como llaveros, letreros o merchandising personalizados con material de fibra vegetal. Así se presentó este prodigioso ovetense ante un asombrado público compuesto por sus compañeros de Los Dominicos y estudiantes de los IES de LaEría y el Doctor Fleming en el Talud de La Ería.

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Tras conocerle el pasado verano como representante de la ciudad en el South Summit de Madrid –evento de innovación y emprendimiento de carácter nacional–, el alcalde, Alfredo Canteli, se quedó fascinado y le propuso una doble invitación. Una, acudir el próximo enero en Fitur y ofrecer una conferencia, y la charla de ayer, para contar su trayectoria y exponer a otros estudiantes las ventajas y desventajas de convertirte en tu propio jefe y crear algo de provecho.

Y, ¿por qué animarse a emprender? Para eso citó a Steve Jobs, exponiendo una frase «que me motiva muchísimo» del fundador de Apple: 'Estamos aquí para darle un mordisco al Universo. Si no, ¿para qué otra cosa podríamos estar aquí?'. «Es la satisfacción de crear algo propio, te llena muchísimo; y la capacidad de hacer algo por la sociedad»

Marco se sumergió en este mundo con «8 o 9 años», siguiendo el ejemplo de sus padres. Su primer proyecto, una empresa de robots humanoides y con inteligencia artificial para ayudar a las personas mayores en su día a día que «no se pudo hacer». Tampoco salió adelante el segundo, una app para encontrar productos en el supermercado. «No lo conseguí, aunque entiendo que darle 30.000 euros a un niño que tiene 12 años es estar un poco loco...». Y con dos fracasos «que incluso les hicieron perder dinero a mis padres», aprendió una regla básica: «Como buen emprendedor, no me desmotivé y seguí».

Su caso no es solo inteligencia, también es formación. En 2020 comenzó a asistir a Genyus School. Allí «nos enseñan a emprender, a hablar en público como lo estoy haciendo hoy, habilidades sociales...». Y sobre todo, se necesita vivir experiencias. De un taller organizado por Decathlon, Integra Energía e Izertis «salió la idea de hacer unas pistas enfrente de todas las tiendas para que la gente pudiera probar lo que compraba; ahora estas pistas están en todos los Decathlon de España». «Ahí me di cuenta de que lo que podía hacer emprendiendo iba a tener repercusión en la sociedad y se iba a utilizar».

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A partir de entonces comenzó las charlas, la asistencia a ferias y congresos y una idea fue llevando a otra. «Tengo un primo que se llama Leo y tiene un problema del corazón. Está en Apaci y a mí me parecía que se podía hacer algo, así que hicimos unas camisetas solidarias; en total, conseguimos recaudar 500 euros para la asociación». Luego llegó la Start Up Networking Cup, donde quedó segundo en un concurso con cincuenta empresas. «Fue una experiencia increíble», recordó.

Gracias a esa visita a ferias, conoció a responsables de Ayúdame 3D: «Ahora estoy imprimiendo prótesis 3D para todo el mundo, sobre todo en países subdesarrollados». Con solo 13 años, quién sabe hasta donde puede llegar.

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