«Es como un centro comercial en la calle»

Aunque su origen está claro, su nombre es un misterio. En 1892, la Diputación provincial cedió a la Corporación municipal el terreno para alargar la calle de El Fontán hasta lo que era el Jardín Botánico; hoy Campo San Francisco. Se intuye que el nombre de la calle es en honor al que fue presidente de la Diputación provincial. En 1910 el Ayuntamiento decidió nombrarla como Rafael González Alegre, exdiputado provincial y exalcalde de Oviedo. Luego se quitó y comenzó a conocerse como Suárez de la Riva, antes de 1917. Sea como fuera, hoy en día es una calle peatonal, muy transitada y llena de vida gracias a los turistas y funcionarios que trabajan en la zona, con mayor tránsito sobre todo por las mañanas.

Desde hace diez años, casi al comienzo de la calle se encuentra la tienda de Marta Suárez, Gea Cosmetics. Vino por una larga lista de motivos: «Tiene mucho ambiente, mucho tránsito de gente a El Fontán, la escuela de música trae muchas mamás con los niños y hay mucha hostelería. Está en el centro y en el casco antiguo, que es muy bonito».

Aunque hay «temporadas mejores y peores», en líneas generales considera que es una buena calle a nivel comercial. «No tengo competencia», destaca. También que su clientela «es básicamente funcionarios y empleados de bancos que vienen a la hora del café». Por eso, tiene claro que es una vía que «recomendaría para una tienda especializada».

Un cuarto de siglo lleva Lola Valdés con Borsellino. Tenían otras tiendas en Avilés y Gijón y llegaron a esta calle «por recomendación». «Aquí había una joyería de un viajante con el que trabajábamos y nos animó a cogerlo», recuerda.

Desde entonces están contentos y destaca que «es una calle peatonal, tiene paso, está muy cerca del Principado, del centro de Oviedo, de la calle Uría y de El Fontán», enumera. «Con mucho tránsito», concluye. Aún así duda sobre si la recomendaría. «Depende del tipo de negocio».

Los perros y gatos también tienen su espacio en esta calle gracias a Elisabeth Weber, que abrió Pululis hace veinticuatro años. «Estudiaba en la biblioteca, paseaba por los alrededores y siempre pensé 'esta calle me gusta'. Así que encontré un local y «me lancé».

La describe como una calle «bonita de paseo y a la gente le gusta». Además, destaca que tienen de todo: «Hay comercios de bolsos, de cremas, de alimentación, de animales, peluquería... es como un centro comercial en la calle». Tiene claro que «no me muevo de aquí» y que la recomendaría.

Al cruzar se encuentra Anamana, con Mariana Iglesias al frente desde hace veintidós años. «Estoy bien porque al llevar mucho tiempo tienes una clientela hecha que te ayuda. Si empezáramos ahora sería otra cosa», afirma. También porque intenta «dar ese plus del comercio de proximidad que la gente echa de menos».

Llegó a Suárez de la Riva por «casualidad» y está «muy contenta». Destaca que tiene «mucho tránsito, mucho funcionariado porque hay muchos servicios públicos alrededor y sobre todo, por la mañana tiene mucha vida». Señala el aumento de visitantes de paso: «Cuando empecé no había el turismo que hay ahora». «Los meses de julio y agosto eran flojos y ahora hay cantidad de gente de todos los sitios, es una de las cosas con las que el comercio en Asturias ha ganado», agradece. Iglesias tiene claro que «la recomendaría: «Es una calle peatonal, agradable, y los negocios que llevan muchos años; van bien».

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