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covadonga del nero
Lunes, 13 de febrero 2023, 00:59
La calle Santa Susana. Tendida entre las plazas de San Miguel y General Ordóñez, llevó durante años el nombre de Policarpo Herrero, por acuerdo de 13 de septiembre de 1929, por ser el lugar de residencia y defunción del mismo. Pero fue en 1937, el ... 11 de febrero, cuando el Ayuntamiento decidió reponer la denominación de Santa Susana, como se conoce hasta el día de hoy. Aunque la denominación era esta nueva ya, todavía durante veinticinco años, los rótulos de la vía seguirían llevando el nombre anterior hasta que se renombró una calle en el polígono de Buenavista como Policarpo Herrero. El nombre de Santa Susana viene de la advocación por dicha santa por parte de Pedro Escudero y su mujer Susana, en la parte alta del rosal, en una capilla que nació para colocar a la Virgen del Buen Suceso, por ser ambos cofrades de La Balesquida. Así comenzó a conocerse a la parte alta del Rosal como Santa Susana.
Hace once años, la que fuera la jefa de Ester Cordero decidió abrir un negocio dedicado a la papelería y las copias, en un local situado al final de la calle Santa Susana, casi junto a la Avenida de Galicia, con unas vistas únicas. Frente al Campo, un local tintó el cristal del escaparate con un 'Copias 0,025 euros'. Un mensaje que, más de una década después, no ha pasado desapercibido para casi ningún transeúnte ni conductor que por dicha vía aya pasado en este tiempo. Pero hace seis, a pesar de los buenos precios, Cordero, quien «siempre me había dicho a mí misma que no iba a hacer fotocopiar toda mi vida», decidió aceptar la propuesta de su jefa para quedarse con el negocio porque iban a traspasarlo. «Después de pensarlo, decidí que conocía el negocio y la zona me parece muy buena; que esté frente al Campo San Francisco es un plus», y tomó la decisión que la llevaría a seguir con su negocio, trabajando para ella misma. La calle Santa Susana le tocó «de casualidad», pero ahora «no la cambiaría, están las consejerías y los juzgados al lado, también el instituto... son los clientes que busca cualquier papelería». El paso de peatones y de vehículos «es constante en esta calle».
Cualquiera que pase por la calle Santa Susana, en dirección a la plaza San Miguel, sabe que uno de los negocios que nunca se ha movido de allí es Teyse, una pequeña tienda de electrónica y electricidad que crece hacia la parte de atrás del local comercial. Hace 35 años que Lola Rodríguez abrió el negocio y «he visto cambiar la calle como nadie». Un cambio que considera «radical». «Esta calle no valía para nada hasta que en la década de los noventa Gabino de Lorenzo comenzó a resolver los problemas que teníamos aquí, y se llenó de locales», considera la comerciante de esta vía. Además, en la actualidad, «apenas hay negocios vacíos y, si los hay, tardan muy poco en volver a tener actividad». Una zona que, considera, «muy comercial» y en la que la actividad empresarial es posible gracias «al paso de gente y vehículos hacia la plaza San Miguel, El Fontán, el Campo San Francisco...», todo lo que rodea a la calle Santa Susana, «una de las arterias que más conecta la ciudad y te lleva a todas partes de Oviedo». «Durante las décadas, la zona no ha perdido su esencia, sigue siendo el mismo barrio elegante y culto que le ha caracterizado siempre», resume, en pocas palabras, Lola Rodríguez.
Fue hace unos siete años -la familia ha perdido la cuenta-, cuando Vera Feliz abrió el negocio soñado, su tienda de uñas. Entonces, ubicó el negocio en la calle Martínez Marina, pero hace algo más de un año buscó «crecer y un local más amplio para poder acoger a más clientela», mientras ella seguía creciendo en notoriedad y demanda. Así, consiguió un local «mucho más grande», en la calle Santa Susana, en la zona en la que «la acera es más ancha, por lo que puede vernos más gente». Así lo explica su hermana Shara, quien, junto a Mabel, continúan con el negocio tras el fallecimiento, hace unos meses, de Vera. «La ubicación la escogió ella, pero tenemos claro que es un lugar increíble, muchísimo paso de gente y vehículos y que el parking esté aquí para poder aparcar», con la dificultad que supone estacionar por la zona. Además, ese tránsito constante se debe a que «es un lugar de paso a casi cualquier zona de la ciudad». Además, la ubicación del negocio en la calle es «inmejorable», ya que se encuentra «frente a un paso de peatones por el que pasan cientos de personas al día, de camino a la plaza San Miguel, El Fontán y la plaza del Ayuntamiento», tres zonas profundamente transitadas cada día.
Lucas García, al igual que su hermano Alejandro, llevan toda la vida ligados a la joyería. Primero, y hasta hace apenas unos meses, en el negocio familiar. Fue en octubre de 2022 cuando «decidí que era el momento de abrir mi propio negocio de joyas, salir de la zona de confort del negocio familiar», sostiene el primero. Así, comenzó la búsqueda de un local en el que desarrollar su idea de negocio y, primando también la cercanía a su hogar, escogió la calle Santa Susana. Aprovechó que estaba libre un local comercial próximo a la plaza San Miguel, junto a una cafetería y en la zona en la que la acera se agranda. «Que la acera sea ancha es indispensable para mi negocio, para que la gente pueda acercarse y ver el escaparate» porque a él no le interesa que un vehículo vea el letrero, sino que la gente se pare y, tranquilamente, «observe lo que ofrecemos». Una idea de negocio de joyería de autor que busca acercar a la zona un comercio diferente. «Aquí pasa muchísima gente de Oviedo, pero que viven en otras zonas de la ciudad», por lo que el abanico de futuros clientes se abre considerablemente. Además, para él, «sería ideal que la zona fuera peatonal, pero con la acera ancha me conformo» para que su negocio «vaya tal y como me imaginé».
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