Mi negocio en la calle Palacio Valdés

En la actualidad es una de las calles que conforman el eje comercial de la ciudad, con negocios de todo tipo

Lunes, 24 de octubre 2022, 00:56

Palacio Valdés. El Ayuntamiento acordó el 15 de marzo de 1915 poner el nombre del novelista a la vía que unía la calle 19 de julio –ahora denominada Progreso– y Melquiades Álvarez. En la actualidad, en torno a doscientos metros que llegan hasta el edificio ... de la Jirafa. Hasta esos inicios del siglo XX la zona se conocía como la calle de las Dueñas, donde había un canapé, destruido en 1854, y una fuente que databa de antes del siglo XVI y que desapareció en la segunda década del siglo XX. Se habla de la probabilidad de la relación entre el nombre de esa fuente con las monjas –o 'dueñas'– del monasterio de San Pelayo, aunque también podría tener un origen mitológico. En la actualidad es una de las calles que conforman el eje comercial de la ciudad, con negocios de todo tipo. A su inicio, la estatua de El Diestro, que corta con la calle Pelayo y Milicias de Oviedo; a su fin, un recuerdo de Tino Casal.

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«Cambiamos a Palacio Valdés para dar un impulso al negocio»

Caramelo celebró veinticinco años como empresa el pasado marzo, pero será en febrero de 2023 cuando festeje el cuarto de siglo de la apertura de su primera tienda. Esa primera fue en Melquíades Álvarez, y tras ella otras tres. La última en trasladarse fue la clásica situada en Uría, que cambió su ubicación a Palacio Valdés, al número 5, con la pandemia. La decisión de cambiarse fue «buscar una calle con más movimiento, más comercial, para dar un mayor impulso con la ubicación más acertada». Y Graciela Burés, dueña, encontró esa ubicación a apenas unos metros, en la paralela de Uría. «Palacio Valdés es una de las calles comerciales por excelencia de Oviedo», asegura Burés. En su caso, «contamos con tres empleados en esta tienda», por lo que los gastos, además del alquiler y la luz, «incluyen Seguridad Social, seguros, rentas...», enumera.

Además, «nuestra facturación continúa al menos 30 % desde la pandemia, porque se nos consideró tienda de alimentación». Por ello, «seguimos pagando un préstamo ICO y pagamos casi tres veces más por la luz», unas cifras que llegan al negocio «sin ninguna ayuda ni subvención» por parte de las autoridades.

«Aquí se encuentran muchas de las tiendas de siempre»

Ana María Llera se embarcó de lleno en la aventura de emprender en 2014. Abrió una tienda de ropa, Impar, en la calle Fruela, aunque apenas dos años después «vine para Palacio Valdés porque me di cuenta de que era una zona mucho más frecuentada por la gente, por los turistas, los que pasean por la ciudad...». Así comenzó su andadura en «una de las zonas más comerciales y con más negocios, donde se encuentran muchas de las tiendas de siempre, de toda la vida de la capital». Entró pagando un alquiler, la luz y el agua, como gastos iniciales, a lo que hay que sumarle «autónomos y el seguro como comercio», entre otros. Sin empleados a cargo, «no he notado el aumento de los precios, quizás en un par de euros, pero es que al ser tan pequeño el local no supone un gran cambio».

«Pagamos casi más en casa y pasamos menos tiempo», compara Llera. «Arrastramos más problemas con las pérdidas del coronavirus, aquello sí que no lo recuperaremos nunca», asegura la dueña de la tienda de moda. «Tendríamos que vender el doble durante meses pero sobrevivimos bien, por el momento. Se echan muchas horas, pero el comercio tiene para largo», explica la responsable.

«Convertir la calle en peatonal impuso un nuevo urbanismo»

Desde la década de los años noventa, el local del número 8 de la calle Palacio Valdés siempre se ha dedicado a la venta del zapatos. Calzados Abelardo lleva más de treinta años siendo uno de los negocios más emblemáticos de la capital asturiana. Su dueño en la actualidad, Rubén de Francisco, considera que es «nuestra casa desde siempre». Recuerda cómo «antes los negocios sobrevivían durante más tiempo. Ahora esta calle sufre muchos cambios de comercios, pero siempre hay rotación, es difícil ver bajos vacíos». También remontándose al pasado, recuerda que fue «la peatonalización de la calle lo que impuso un nuevo modelo de urbanismo, convirtiéndola en una zona de mucho más paso y afluencia», haciendo de esta vía «una de las más comerciales de Oviedo».

Calzados Abelardo es un negocio familiar que cuenta con tres empleados en su local de Palacio Valdés y tiene que afrontar los gastos de alquiler y luz cada mes. Eso sí, «en proporción es mucha la subida que sufrimos, pero como tenemos el mínimo de luz posible, no es un gasto excesivo». «Las ayudas suponen un alivio, pero nos toca sobrevivir sin ellas», explica sobre las últimas crisis.

«Palacio Valdés es la calle comercial de Oviedo por excelencia»

María Blanco llevaba veintiocho años con distintos negocios en el mismo local de la calle Uría y fue en 2012, en noviembre, cuando decidió abrir Soho. Ya pasada la pandemia, en octubre del pasado año, decidió cambiarse a Palacio Valdés: «Para mí es la calle comercial de Oviedo por excelencia», describe. No tiene dudas. «Teníamos miedo pero creo que fue todo un acierto; mientras Uría está muriendo poco a poco, esta sigue acumulando negocios y tránsito de personas», argumenta. De hecho, cree que «el gran acierto es que sea peatonal», para «atraer a la gente que va de compras en una zona cómoda para pasear mientras se ven escaparates» cualquier día de la semana.

Aunque el alquiler no ha supuesto un alivio -muy similar al de la calle Uría, en su caso-, el uso de luces led le permite no sufrir por la factura de la luz. «Por el momento no notamos un aumento de los gastos en esta nueva ubicación», una zona que cuenta con acceso para sillas de ruedas. Da trabajo a cuatro empleadas -que suman una más con su tienda en Gijón-, en una muestra de que «en Palacio Valdés el negocio nos va mejor que nunca», en una calle que «sigue sobreviviendo a las subidas de precios y la crisis».

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