Mi negocio en la calle Melquíades Álvarez

«Es el local perfecto en pleno corazón comercial de Oviedo»

Allá por 2011, Sara Valenzuela escogió un local en la calle Cabo Noval para abrir Little Things, una tienda de bisutería personalizada. Mientras el negocio evolucionaba, con nuevas aperturas en otras localidades españolas, «decidimos reubicar la tienda de Oviedo». Hasta que, tras pasar por Marqués de Pidal, tras la pandemia, encontró su lugar en el número 26 de la calle Melquíades Álvarez. «Tiene una ubicación más céntrica todavía y con más afluencia de personas», justifica Valenzuela. Para ella, «hemos encontrado en esta calle un local que encajaba a la perfección con nuestra marca», ya que esta vía «está en el corazón de la zona comercial, con mucho paso de ovetenses y turistas».

Su local se ve desde la misma calle Uría porque, a su juicio, «la zona de la calle que da hacia la basílica de San Juan el Real está más apagada y no consigue el flujo de personas como años atrás». Por si fuera poco, «la calle es Camino de Santiago, así que conseguimos el resultado que queremos con nuestro producto».

Además, «el tránsito es bueno, de vehículos y personas, porque además aprovechamos la zona peatonal de Uría», sumando la combinación perfecta para abrir un negocio.

«Esta calle es una de las mejores ubicaciones de la ciudad»

Cuando uno piensa en la calle Melquíades Álvarez piensa en ciertas tiendas de cosmética, ropa, juguetes e incluso decoración y alimentación. Pero hasta hace apenas unos meses, nadie consideraba esa vía como una de las que pudiera albergar algún negocio hostelero. Desde el mes de agosto, una nueva terraza se suma, junto con la sidrería a la que pertenece, a los locales comerciales de la calle. «Nos parece una de las mejores ubicaciones de Oviedo, ya que te proporciona una visibilidad tanto para la gente que se desplaza a pie, como en autobús o vehículo particular», asegura David Iglesias, dueño del restaurante.Esa apuesta por la hostelería en una zona 'no hostelera' «es y no una apuesta difícil» para el sidrero. «Creemos que está bien ubicado y si conseguimos hacer las cosas bien, la gente acudirá a nuestro restaurante y nos localizará fácilmente», asegura Iglesias, que confía en la localización del negocio, pero también en el trabajo constante. Con catorce empleados, es uno de los negocios más grandes de la calle, y el inicio «ha sido duro, pero hay que ser constantes» y continuar trabajando para convertir la calle Melquíades Álvarez en una calle con negocios hosteleros.

«Esta calle ha cogido impulso, cada vez hay más negocios»

Hace seis años, Luis de Dios decidió emprender y abrir su propio negocio. Escogió los artículos del hogar, bajo el nombre de Brocantia, y eligió la calle Covadonga. «Pero fue un error, allí los espacios de carga y descarga impedían que la gente viera mi local y el tránsito de personas es mucho menor», asegura De Dios. Entonces, pasado apenas un año, decidió mudar su negocio hasta la calle Melquíades Álvarez. La decisión se basó en la lógica aplastante a la hora de abrir un negocio. «Es una de las calles con más tránsito de personas de todo Oviedo». Cuando abrió el local, «había muy pocos negocios abiertos, pero parece que ha cogido impulso en los últimos años, y cada vez son más».Para él, todo son ventajas: «Las aceras son anchas, por lo que es una calle escogida por los peatones para pasear», además de estar a escasos metros de la calle Uría y del centro comercial de Salesas, zonas totalmente comerciales. Además, «que no sea peatonal es una ventaja para nosotros, permite que también los conductores puedan ver nuestros negocios al pasar». Y por si fuera poco: «Hay zona de parada momentánea, por lo que algunos de mis clientes paran el coche, recogen pedidos y se van; es muy cómodo».

«Esta calle facilita la vida de la gente; está a mano de cualquiera»

La tienda de arreglos de ropa Al centímetro lleva más de quince años ubicada en la calle Melquíades Álvarez, a pesar de haber vivido un cambio de ubicación hace cuatro. Clara Ardura lo tenía claro cuando abrió hace dieciséis años: «Buscaba una zona comercial en pleno centro de la ciudad». Y la encontró. Primero, un local pequeño, en una esquina, junto a la basílica de San Juan, donde «allí trabajamos de manera espectacular». El próximo 31 de noviembre cumplen los cuatro años en la nueva ubicación, en el número 18. «Llevaba muchos años buscando un bajo comercial en esta misma calle». Y tantos. Al final pasaron una docena de ellos, «pero mereció la pena».«Este nuevo local es más amplio y se nos ve mejor desde la calle», asegura Ardura, que, además, añade que «es una calle que facilita la vida a la gente; siempre pilla a mano, es el centro de la ciudad». De hecho, considera que «el permiso de circulación de vehículos, a diferencia de Uría, por ejemplo, hace que estemos más a la vista y que la gente pueda parar un momento a recoger sus arreglos». En líneas generales, tanto Ardura como las otras tres empleadas, están «contentísimas con la ubicación de nuestro negocio».