Mi negocio en la calle González del Valle

La calle González del Valle. Esta vía, que nace en la calle Uría y desemboca en Marqués de Pidal, lleva el nombre de Anselmo González del Valle y Fernández Roces, desde el 28 de mayo de 1887. Pero también en consideración a su hijo, Anselmo ... González del Valle y Carbajal, quien siendo dueño de aquellos terrenos, abrió las calles de Toreno, Gil de Jaz y Pidal, y las cedió al municipio de Oviedo después de que su urbanización corriera de su cuenta.

Fue a partir de 1952, hace setenta años, cuando se esbozó la prolongación de esta calle hasta la de Teniente Coronel Yagüe, peatonalizada desde 1983. González del Valle y Fernández Roces fue un asturiano emigrado a Cuba a sus veinte años, país en el que se convirtió en constante protector de los asturianos allí residentes. También fue benefactor de la Universidad de Oviedo, ofreciéndose a cubrir el déficit que esta produjera en los presupuestos.

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«Cuando salgo de trabajar sigue habiendo vida en la calle »

Sara Álvarez lleva toda una vida entre joyas. Primero, trabajando en la joyería familiar, en la plaza de Longoria Carbajal, y que «tras muchos años trabajando con mis padres, decidí volar por mi cuenta». Y para ello, aprovechó una oportunidad única: la jubilación de un joyero. Así, en la calle González del Valle encontró «un local ya preparado para abrir una joyería y aproveché y cogí el traspaso». De aquello va a hacer un año en el mes de abril y no puede estar más contenta con la decisión. Porque «abrir una joyería de cero es muy caro: tienes que poner cristales blindados, caja fuerte, el sistema completo de seguridad...».

Así, terminó en la perpendicular a la calle Uría, una zona «de lo más céntrico y con muchísimo movimiento por esta calle», destaca entre las ventajas de esta vía peatonal. Si algo puede percibir con su negocio, frente a la diferencia de otras zonas de la ciudad, es que «cuando salgo de trabajar, y cierro la tienda, hay muchísima vida por la zona, no como en muchos otros lugares de Oviedo». Encontrarse «junto a El Corte Inglés de Uría también mueve mucha clientela, es la zona comercial de la capital asturiana». Asegura Álvarez que allí «está todo el meollo» de la ciudad y «todo el mundo» conoce la zona.

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«Las mujeres tiran mucho por esta calle, es muy buena»

Begoña Rodríguez Meras lleva con las tijeras en la mano treinta y cinco años. Esta peluquera, que percibe cómo «con los años van cambiando los hábitos de consumo de las clientas y tenemos que adaptarnos», sobre todo en su perfil, decidió hace siete años y medio abrir una franquicia para empezar «a trabajar por mi cuenta». Apostó por el emprendimiento, en lugar del trabajo por cuenta ajena, y «no nos va mal». Allí, en la calle González del Valle encontró el local idóneo para abrir su negocio. «Las mujeres tiran muchísimo por esta calle, aprovechando las tiendas de novia y de ropa que hay aquí, y es una muy buena calle», resume Begoña Rodríguez Meras si se le pregunta por esta vía.

La ubicación no pasa desapercibida: «está al lado de la calle Uría, junto a El Corte Inglés», con todo lo que ello significa. Una afluencia constante de gente de compras y de paso. Además, en su caso, su escaparate es «lo primero que ven los coches que salen del parking», siendo la mejor publicidad para un negocio. Para esta peluquera «la zona en sí misma es la mejor», no tanto que sea peatonal u otras medidas que han cambiado la calle. Además, «abrimos muchas horas para poder acercarnos a quienes trabajan por la zona».

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«Paseando por Oviedo creímos que aquí faltaba algo»

Fue hace cuatro años y medio, a mediados de 2018, cuando la diseñadora Verónica López y Fiona Serra, quienes tenían diferentes puestos de trabajo, decidieron entrelazar sus futuros laborales en favor de una nueva tienda de ropa. Y es que la idea, desde un inicio, fue que la diseñadora acabara «diseñando algunas de las prendas que pusiéramos a la venta, con el tiempo». López sí venía del mundo de la moda, con trabajos en otros comercios textiles. Y, mientras ninguna de las dos pertenecía a la capital asturiana -López es de La Rioja y Serra, de Gijón-, decidieron invertir en Oviedo. «Paseábamos por la ciudad, ya con la idea de un negocio en la mente, creímos que aquí faltaba algo». Algo parecido a lo que ambas amigas traían.

Y encontraron su lugar en la calle González del Valle porque, para ambas, «es una zona con muchísimo tránsito, con uno de los párkings más céntricos de la ciudad», a escasos metros de la calle Uría. Además, en las temporadas de verano y puentes en los que el turismo crece, «lo notamos bastante», siendo una de las calles en las que «todavía pasan turistas». De hecho, tienen en su catálogo de habituales mucha clientela «madrileña, pero también algo que sorprende mucho más: mexicana».

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«Vine en 2011 con otra tienda, pero con los años lo concentré aquí»

En 2002, Carmen Molero comenzó su andadura por el mundo de las bodas, concretamente con los vestidos de novia. Una de las partes más complicadas y en la que se implicó de lleno «elaborando, con diseñadores españoles, el vestido completo de la novia». Pero entonces, Molero se inició en el mundillo desde Avilés, donde fueron creciendo hasta que, pasados nueve años, en 2011, decidió dar un paso más y abrir una segunda tienda en Oviedo. «Vine directa a esta calle, en 2011, porque es la calle de las novias, manteniendo la otra tienda en Avilés, pero en 2015 centralicé aquí todo el negocio», explica.

Hace ya ocho años que Oviedo es el epicentro del negocio de Carmen Molero porque «todo el mundo conoce la zona, sabe dónde tiene que venir cuando busca un vestido de novia». Y el hecho de que una gran parte de las tiendas de novia estén concentradas en una misma zona le parece «algo positivo». Porque «así la posible clientela no tiene que desplazarse por otros puntos de la ciudad, sino que lo tiene todo aquí». Además, Molero destaca la cercanía de la llamada y conocida como 'calle de las novias' con el epicentro comercial de Oviedo: las calles Uría, Doctor Casal o Pelayo, entre otras.