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Covadonga del Nero
Lunes, 20 de marzo 2023, 02:50
El nombre de esta vía fue primero el que ahora se conoce como avenida de Galicia. Fue en 1904 cuando se decidió por primera vez dar el nombre del publicista ovetense Máximo Fuertes Acevedo a un tramo de la capital asturiana. Entonces se llamaría así al espacio que unía el Campo San Francisco con Silla del Rey. Algo que cambió en 1937, conservando el nombre de Fuertes Acevedo al tramo hasta Silla del Rey desde la avenida de Colón; una decisión que se consideró «anómala» y terminó por modificarse de nuevo en 1966, denominando Fuertes Acevedo a la vía del tramo de la carretera de Galicia comprendido entre Silla del Rey hasta la plaza del Occidente. La calle actual fue embellecida en los años 80 del siglo pasado con los jardines ante la plaza de toros. En la actualidad es una de las calles con más locales comerciales vacíos de la capital asturiana, sumando más de cuarenta.
Hace casi dos años, Yurileikey Romero decidió emprender, por aquel entonces, en el barrio en el que residía, Otero. Así, abrió en 2021 un negocio en el que ella es jefa y trabajadora dedicado al sector de belleza de uñas, en auge en los últimos años. Y tras algo más de año y medio en el barrio más allá de la Ronda Sur, su vida dio un giro y se mudó a la zona de El Cristo-Buenavista. «Me vine aquí a vivir y me quería traer también el comercio, porque siempre busqué tener un negocio de barrio, lejos del centro», asegura Romero. Así, buscó «durante algo más de dos meses en los múltiples locales de aquí –de la calle Fuertes Acevedo–» y acabó escogiendo la parte más alta de la calle, a la altura del número 93, a escasos metros del campus universitario. De aquello, hace ya cuatro meses, en diciembre de 2022. «La poca competencia alrededor fue un punto a favor para escoger esta zona», explica la emprendedora porque, además de la ventaja directa para un negocio, «los precios de los alquileres son mucho más asequibles». Para ella, «ser zona de paso es importante, pero lo más importante es la cantidad de vecinas, sobre todo mujeres, que viven por aquí», su nicho de mercado. «La gente es muy de barrio en esta zona», resalta.
Juan José Piñero decidió apostar por la comida como negocio y empezó en la calle Silla del Rey, donde tenía un pequeño local. Pero ya entonces Piñero tenía la mirada puesta en ampliar el negocio y «siendo vecino de la zona» decidió instalarse en una de las calles que nadie apuesta. Así, hace nueve meses se mudó con su negocio a la calle Fuertes Acevedo, incluyendo los menús diarios de comida para llevar, abriendo todos los días de la semana. «Soy de los últimos en apostar por la zona y el cambio se debe a que en esta calle los locales son más amplios y el paso de personas caminando y de coches es inmenso, de las calles con más movimiento en ese sentido», calcula. También las peatonales «que tenemos alrededor atraer a más peatones», que se paran y observan los pocos negocios que siguen sobreviviendo a los cierres. Como la gran mayoría, y ya queda casi constatado, «el antiguo hospital, llevado hacia La Cadellada, y el abandono de la plaza de toros mata al barrio, no solo a esta calle». Para combatirlo confía en que «se abra algún negocio, aunque sean supermercados o alguno grande porque la competencia es sana, invita a más gente a venir hacia aquí y ver a los que apostamos por esta calle».
La tienda de alimentación de ahora fue en su día comercio y trastienda con vivienda. De eso hace más de sesenta años, cuando los padres de Conchi Rodríguez llegaron a la capital asturiana «a buscarse la vida» desde la zona de Castropol y Tapia de Casariego. Al llegar escogieron la zona de la calle Fuertes Acevedo porque «un tío mío tenía ya una tienda por esta zona» y se decantaron por un local mucho más pequeño que el que se puede ver a día de hoy, ampliado durante los años 80 del siglo pasado. Hasta conseguir ser un comercio de alimentación espacioso y «moderno». Conchi Rodríguez no es que haya visto cambiar el barrio, es que «directamente nací en este local», por lo que puede asegurar que «el barrio, y esta calle en concreto, cambió una barbaridad». Lleva treinta y siete años trabajando en el comercio de sus padres gracias «a la clientela fiel, con la que formamos una gran familia». Juntos han vivido «años muy prósperos para el barrio, con el antiguo hospital y el cuartel de la Policía Nacional, que llevó a que personal sanitario se viniera a vivir aquí». Pero llegó el cambio. Primero «con la crisis de 2008, que empezaron a cerrar locales», y después, «cuando empezaba la recuperación, se llevaron el HUCA».
l joven Nacho Pérez es vecino de toda la vida de la zona de Buenavista, de las inmediaciones de la plaza de toros ahora «vallada y abandonada por completo». Por ello, cuando tomó la decisión de emprender en materia de electrónica no podía irse de su zona. «Siempre viví aquí y quería abrir un negocio aquí, aportando al barrio», asegura el dueño de Ifeno, ubicado con vistas al antiguo coso taurino y el antiguo hospital. De aquella decisión hace ya cuatro años, aproximadamente, y no puede decir que el haber decidido abrir en una zona con «muchísimos locales vacíos, en alquiler o venta» le haya salido mal. «Nosotros notamos que a la gente no le importa desplazarse a la tienda, aunque esté algo más lejos, si se trata de arreglar sus dispositivos electrónicos», indica. Los precios de los locales «eran mucho más baratos, debido a los pocos que hay en la zona y los pocos que quieren invertir, imagino». Aunque sí tiene una petición de cara al próximo mandato: «Deberían hacer algo con la plaza de toros, empezando por su remodelación». Pero le entristece que «el barrio se está muriendo por la marcha del hospital». Eso sí, «el paso de universitarios y de vehículos es mayúsculo», pero falta «aparcamiento».
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