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covadonga del nero
Lunes, 9 de enero 2023, 00:15
La calle Campomanes. La historia de esta vía ovetense es una de esas historias de justicia a la hora de escoger el nombre. La calleja de la Llana, uno de los lugares «más sucios de las inmediaciones del prado Picón y de los prados del ... duque del Parque», fue en 1858 convertida en amplia carretera para comunicar las de Castilla y la de Galicia. De aquella calleja llamada 'Lana de San Cipriano' hablan documentos del 23 de julio de 1323. Fue el 19 de enero de 1861, por acuerdo municipal, cuando recibió el nombre de calle de Campomanes, en honor al estadista asturiano a quien se debe precisamente la iniciación de la carretera de Castilla. Apenas tres años después, esa antigua calleja se había convertido en la calle más amplia y más animada de la ciudad. La calle Campomanes nace en el principio de la calle Arzobispo Guisasola y desemboca en la plaza de San Miguel.
Hace ya medio siglo que la confitería Jarama abrió sus puertas para ofrecer sus mejores dulces y bombones. Entonces lo hacía en el número 12 de la calle Arzobispo Guisasola. Apenas diez años después, Fini Villa y Jacinto Rama mudaron su negocio hasta el número primero de la calle Campomanes. «Nos vinimos con la construcción del edificio», recuerda Villa a día de hoy. Durante un tiempo, incluso ellos decidieron vivir sobre el negocio pero «ya es agua pasada». De aquella mudanza hace ya cuarenta años. Siguen viéndole el mismo problema a la calle: «Aquí no se puede aparcar ni hay una zona de carga y descarga, lo que es un handicap para los negocios». Muchos de los clientes «nos encargan pedidos para venir a recogerlos en un momento». El lugar más cercano para aparcar «es a bastantes metros, cargando con todo el pedido... Es un problema para nosotros». Aunque la circulación no cesa ni de vehículos «ni de personas», según Villa, quien regenta el local ahora junto a su hijo, Jacinto Rama, «quien heredará el negocio». Por lo demás, la calle Campomanes es para la familia Rama Villa «bastante buena y movida, con vecinos que suelen consumir en el comercio de la zona».
La decisión de Félix Zarzuelo por abrir un local dedicado al arte de la fotografía y todos sus derivados surgió hace «solo» veintiséis años. Observó la situación de diferentes zonas de Oviedo y de lugares donde la competencia fuera menor y encontró en la calle Campomanes el lugar idóneo: «No había ningún negocio dedicado a la fotografía, que era lo que yo quería hacer». Y lo tuvo claro,. Se instaló en un local amplio en el lugar idóneo para el negocio. Al menos así lo demuestran los años que sigue cumpliendo en la misma ubicación. «Aquí los locales tienen rentas más bajas que más hacia el centro de la ciudad», encontrándose al lado de la calle Magdalena y del Ayuntamiento. Para Zarzuelo, la zona contaba «con muchos locales abandonados, que daban una imagen fea de la calle». Uno de ellos es, precisamente, el espacio en el que acaba de abrir un supermercado, hace apenas unas semanas. Ahora, con la apertura, cree que es posible que el tránsito de gente repercuta en su negocio. «Es una buena zona porque pillamos a la gente que va hacia la calle Magdalena o Arzobispo Guisasola». Además, quiere añadir a quien va a hacer la compra: «La gente empezará a pasar más por esta calle».
Hace cuarenta y dos años, en la década de los 80 del siglo pasado, que Ana Cossio y su marido abrieron un local dedicado a una de las cosas más importantes para las personas, el sueño. Dedicados a camas y colchones, equipos de descanso en general, escogieron la calle Santa Susana para emprender. Una década después tuvieron que abandonar su primer local, puesto que iban a derruir el edificio en el que se encontraban, y decidieron que el mejor local era el del número 4 de la calle Campomanes, donde hasta su llegada había una boutique de ropa. «Aprovechamos aquel local, que son 200 metros cuadrados», indica Cossio. Ahora es Marco Cossio quien regenta la tienda, hijo de Ana Cossio. La sensación es la misma: «Estamos muy contentos con el local; fue un gran acierto». A estos comerciantes les «encanta la calle». Y ahora que abrieron el supermercado un poco más arriba «aún más». Porque ese negocio «traerá a gente a comprar a la zona y aunque no nos compren directamente nos verá mucha más gente». Un principio clave para un negocio. Lo que no se ve no existe. Ahora, con la segunda generación comenzando la andadura, la familia espera «seguir aquí muchos años más».
Casi enfrente del famoso supermercado que acaba de abrir sus puertas en la calle Campomanes, en la misma acera, se encuentra uno de esos negocios donde apuestan por el producto ecológico. 'Organic' levantó la persiana hace seis años y la ubicación fue un asunto meramente estético. «Me gusta mucho la zona de El Antiguo y pensé que quería algo cerca de ahí», explica Mercedes Mérida acerca del por qué del lugar de su tienda. «Escogí esta zona más por mí, por gusto, que por el negocio», afirma. Ella asegura que, «seguramente, sea al revés de cómo abrir un negocio, pero me guié por el corazón». Y de momento le ha ido bien. Seis años después corrobora que la decisión «fue la correcta». Sobre todo porque si la ubicación la tenía clara sí buscó «que el local fuera bastante grande y amplio». Y la calle Campomanes está repleto de ellos. Aunque, lamenta, «la zona más comercial está arriba, en González Besada, esta zona estaba bastante muerta, pero se está transformando poco a poco». De las ventajas de la calle lo reitera: la zona. Sobre todo «pasando tantas horas en ella». De las expectativas, como empezó con el negocio: «Ninguna, no espero nada; así me sorprendo».
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