covadonga del nero
Lunes, 19 de diciembre 2022, 00:23
La calle Asturias. Hay que remontarse a la sesión del 28 de mayo de 1887 para conocer el acuerdo que tomó el Ayuntamiento para que «la gran vía en construcción desde la puerta del ferrocarril a la de Santa Susana» se denominase 'Calle de Asturias', ... nombre de ese antiguo Principado hasta que en la división territorial, acordada por las Cortes de 1821, se denominó provincia de Oviedo. «Será un acuerdo a la gloriosa historia de esta región española». De aquello se pueden mencionar dos matices hoy. El primero, que en 1887 fue el momento en el que se construyó una de las que con el tiempo se convertiría en arteria principal. Lo segundo, que ese Principado al que honraron entonces es precisamente el mismo que se recuperó con la actual Constitución de 1978, desapareciendo la que fuera provincia de Oviedo. A día de hoy, la calle Asturias llega hasta Independencia y no la puerta del ferrocarril.
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Hace casi seis años, concretamente un lustro y medio, Sara Corcova y Juncal López decidieron, conjuntamente, abrir su propio negocio en una búsqueda de vivir de lo que les gustaba. Así, en junio de 2017, abrieron las puertas de un local comercial en la parte más baja de la calle Asturias, idóneo para su negocio. «Buscábamos una calle céntrica, pero que no fuera la calle Uría», explican ambas dueñas. Esto se debe «a los altos precios de las rentas en Uría, y a que los locales eran excesivamente grandes para lo que queríamos nosotras».Así, encontraron todo lo que encajaba con la idea que tenían en la mente. «Contamos con locales de referencia en los alrededores, lo cual siempre es bueno para indicar nuestra ubicación a nuevos clientes, por ejemplo», indica Sara Corcova. Para estas jóvenes, la calle Asturias tiene «varias ventajas, respecto a otras de la ciudad»: entorno y accesos son un par de ellas. «Tenemos la estación de tren al lado, en menos de cinco minutos estás aquí», o «la cantidad de aparcamiento alrededor, si bien es zona azul o parking, siempre pueden parar un momento en doble fila». Algo que para los negocios es clave para poder sobrevivir.
La vida de Ars Vitality nace en 2007 en la calle Marqués de Santa Cruz. Un negocio, que desde allí prefieren llamar espacio, dedicado a la estética oncológica, con todo lo que ello significa. Fue en 2012 cuando hicieron el cambio hacia una calle con más bajos comerciales, como es Asturias. Pero la vida de Alicia Hierro, actual dueña del negocio, se entrelazó con la de las mujeres que, en un momento delicado de sus vidas, escogían este espacio para comprar sus artículos, hace menos años. «Escogí continuar con este mismo negocio por lo que significa esta labor, y no tanto por la ubicación o las posibilidades de crecimiento en la zona», explica Hierro. Esta mujer considera que es una zona «muy buena», sobre todo porque «tiene muchísimo paso de gente hacia el Campo San Francisco».Y el paso de gente es sinónimo de conocimiento. «Conocen la tienda porque pasan a diario cientos de personas». Además, el tamaño del local es clave: «es muy amplio, no es una tienda agobiante». Por si fuera poco, «tener aquí, en frente, el semáforo nos hace aún más visibles». Visibilidad para una tienda que hace visible las necesidades de los pacientes oncológicos. «Estoy muy contenta en esta zona».
En los albores de la democracia, la madre de María Artola abrió, en 1975, su propia tienda dedicada a la moda infantil. Ropas para bebés y niños que es todo un referente. Gretel es para muchas madres una referencia a la hora de vestir a sus hijos. Por ello, continúa cumpliendo años, aunque con cambio de ubicación incluido. «Mi madre la abrió en la calle Doctor Casal», la vía más transitada de toda la capital asturiana según estudios. Pero, hace ya dieciocho años, la vida les mandó una señal de cambio. «El edificio en el que se encontraba la tienda fue rehabilitado, por lo que nos obligaba a buscar otro local», explica Artola. Y ese local no fue en la misma calle, sino que «queríamos venir hacia la zona más alta de la ciudad», donde los vecinos tienen un mayor poder adquisitivo.El espacio fue casual. «Fue el que se nos presentó», aunque también «el que más se adaptaba a nuestras necesidades». Una gran diferencia que ven con la zona más baja es que «los turistas no suben hasta aquí». Pero quizás ese contra de la calle es también lo que la lleva a tener pros: «es una zona muy tranquila y aquí sigue viviendo la gente de siempre». Aunque Gretel no necesita publicidad: «la clientela es muy fiel».
La historia de Rosa Ábalos con su peluquería –del mismo nombre– se remonta a «hace muchos años». Tiene claros los que lleva en la calle Asturias, su último destino por el momento: once. Antes, estuvo en las calles Valentín Masip y avenida de Galicia. El cambio tuvo mucho sentido para la estilista. «En aquellos locales estábamos en entreplantas, por lo que no era acceso directo a la calle», algo que ha ganado ahora con su cambio. Los motivos de trasladarse a la calle Asturias fueron dos: visibilidad y accesibilidad. «Este local permite a la gente entrar sin tener que coger un ascensor o subir escaleras», explica Ábalos.El segundo motivo es algo más publicitario y casa con los valores empresariales de la dueña. «Soy de las que piensa que un negocio se debe poner en el sitio más comercial posible, por donde más gente pase y pueda verlo», sostiene Rosa Ábalos. Y así fue. Su nueva ubicación le da la publicidad gratuita de ser visto a cualquier hora y por cualquiera. «Aunque creo que este negocio se mueve más por el boca a boca», piensa que siempre es bueno. «Estoy muy contenta del cambio, sobre todo porque, siendo en la parte alta de la calle, creo que es una buena decisión».
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