Mi negocio en la calle Argüelles

La calle Argüelles. Parte desde la plaza de Juan XXIII y desemboca frente al Teatro Campoamor, en su cruce con la calle Pelayo y la plaza de la Escandalera. Nació como Campo de la Lana, pero fue sustituido su nombre por el de Argüelles, acordado ... en sesión del 7 de agosto de 1869. No obstante, se dispuso el 11 de febrero de 1937 restablecer el antiguo nombre, aunque el propio Ayuntamiento continuó rotulando la calle con el nombre del famoso orador político. Agustín Argüelles fue el 'Divino Argüelles', el riosellano orador de las Cortes de Cádiz, en 1812. Estudió Leyes en la Universidad de Oviedo, antes de emprender camino a Barcelona como secretario del obispo Pedro Díaz Valdés. Ilustre figura política que, tras su llegada a Madrid, se distinguió con la amistad de Jovellanos. Ahora, da nombre a una de las calles que tiene en dos de sus vertientes, los teatros Filarmónica y Campoamor.

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«Me gusta la zona, tiene buena perspectiva de futuro»

Hace doce años, Marisol Fernández García comenzó a abrir negocios dedicados a las chucherías y golosinas. El primero fue El Tío Rícar en la calle Marcos Peñarroyo, pero, tras problemas con el local, decidió «buscar más allá de los barrios», donde tenía más tiendas. Así, en junio de 2022, «sin buscar en esta zona», pasó por delante del local que hace esquina con la calle Medizábal y «vi que estaba en alquiler». Así, se puso en contacto con la propietaria, quien le puso «todas las facilidades para abrir una nueva sucursal de mi negocio». Y no lo dudó. Tuvo problemas de salud durante diciembre y enero, pero «no tuve que cerrar gracias a la dueña». Por ello, considera que esta vía ovetense, «tan conocida», tiene «muy buenas perspectivas de futuro, me gusta». Y de ahí el paso. Además, conjugan a la perfección «vecinos, trabajadores de oficinas en los alrededores y turistas durante el verano». Recuerda que «aquí entran ovetenses, de otras partes de España, alemanes o ingleses». También «la cercanía con algunos colegios y el Filarmónica es fundamental para la calle, donde paran a diario un sinfín de autobuses», cuyos usuarios se convierten en potenciales clientes del negocio local de Argüelles.

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«Esta calle es el centro, pero se nota la sensación de barrio»

Natalia Arnanz llevaba años dedicada a la moda de mujer, «de mercadillo en mercadillo y con venta 'online'», cuando en 2017, sin buscarlo pero tampoco eliminando la posibilidad de su mente, se topó con que «había un local en alquiler en la calle Argüelles» y no se lo pensó. «Quise darle una vuelta a mi negocio y ponerme en la calle, aunque tuve que hacer cambios en los productos que ofrecía porque la calle no es internet», recuerda, de aquellos comienzos más complicados. Para ella, «estamos en épocas difíciles y, por lo general, se vendía más antes, tanto a nivel turistas como clientas de aquí», pero la calle de su negocio de moda «está llena de trabajadores de oficinas pero también de turistas». Porque, tal y como destaca la dueña del negocio, «es una calle del centro de Oviedo pero con sentimiento de barrio». ¿El motivo? «Vive bastante gente en los alrededores», algo en lo que difiere con otras «zonas más céntricas, con menos residentes». Aunque se encuentra a «cien metros de Uría», para Arnanz «no funciona igual» que la arteria por excelencia de la capital asturiana. «No es una zona comercial», pero parece que funciona: «solo vi abrir dos negocios, parece que todos se mantienen».

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«La parada del autobús provoca un paso continuo de gente»

Fue hace trece años, en 2010, cuando Mario Jiménez decidió tomar las riendas de un negocio que comprara y vendiera oro y plata, principalmente. La decisión de la calle venía casi de fábrica: «el Monte de Piedad estaba aquí al lado y las señoras, que entonces buscaban empeñar sus joyas encontraban mi tienda nada más salir de allí». Lugar idóneo para el negocio correcto. Así, durante años no dejaron de crecer, contando en la actualidad con dos tiendas, una en el centro comercial de Salesas y la de la calle Argüelles. Además de la evidente buena ubicación, «nos gustó la situación en la que se encontraba la calle», a diferencia de otras zonas de Oviedo, quizá con menos negocios o locales comerciales. De hecho, desde hace trece años, desde que abrió, Sandra Pozo lleva trabajando para Jiménez, conociendo «al detalle» la historia del negocio y la calle. Para Pozo, quien atiende habitualmente en el negocio, «la parada del autobús justo enfrente es un valor añadido, es un paso continuo de gente, ciudadanos nacionales e internacionales». Turistas y ovetenses. De hecho, considera que «se ve que la calle sobrevive de buena manera en que no hay ningún local vacío para alquilar o vender».

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«Tiene varios puntos de interés que atraen a los turistas»

Fue hace siete años cuando Sebastián Zaietta, que hasta entonces era empleado en el mismo local, decidió coger las riendas de la tienda de informática ubicada en la calle Argüelles. «Fue costoso, tuvimos que ir mejorando el negocio poco a poco para mejorar las opiniones de la clientela», recuerda ahora, en un momento más dulce. Así, comenzó su andadura como propietario de un negocio en una calle que, desde su punto de vista, «no es la mejor para este tipo de locales», pues aunque cuenta con «muchísimas oficinas alrededor, la mayoría de ellas ya tienen sus informáticos en la plantilla», por lo que su trabajo está algo condicionado. No obstante, «sí tenemos mucha clientela perteneciente al Sespa, ubicado aquí al lado», destaca Zaietta. Aunque la zona cuente con múltiples oficinas, también «tiene varios puntos de interés turístico», como lo son los teatros Campoamor y Filarmónica, «que acercan a turistas de todo el mundo a pasar por Argüelles». Y, como toda zona turística, hay hoteles. «Los clientes que se alojan por la zona son potenciales clientes», por lo que no fracasa el negocio. Aunque «el boca a boca es lo mejor, y la gente se acerca hasta aquí si nos necesita». Porque es «una calle conocida».