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JUAN CARLOS ABAD
OVIEDO.
Domingo, 1 de julio 2018, 01:50
Las grandes actuaciones previstas por el gobierno local para este mandato en el Naranco siguen esperando. Una de ellas hablaba de una variante que alejara la carretera de los monumentos prerrománicos. La segunda, en consonancia con el plan especial previsto para el monte, y cuya ... licitación ha quedado desierta en dos ocasiones, pretendía un gran parque desde la pista finlandesa hasta las dos iglesias. Como nota positiva, en cambio, la pasada primavera finalizaron los desbroces de cientos de caminos que se habían perdido. La actuación de los planes de empleo posibilitó la recuperación de las sendas para disfrute de paseantes y ciclistas.
En el monte operan y disfrutan de él decenas de agentes. Desde los vecinos que viven o tienen su segunda residencia en sus faldas a los cientos de turistas que transitan por un rudimentario sendero desde el aparcamiento hasta Santa María del Naranco. En la cara norte se ubican varias canteras y en su cima el Principado adquirió la finca de El Pevidal, actualmente desaprovechada. El monte necesita algo más que desbroces. Desde el área de Urbanismo del Ayuntamiento apuntan en la previa de la Jira del Naranco de hoy que la redacción del plan parcial para el parque proyectado saldrá a licitación el próximo otoño, será la tercera, y confían, asimismo, en que esta vez alguna empresa de entidad se interese por el contrato que asciende a 60.000 euros.
Pero dentro hay más cosas por encajar. Fernández del Páramo recordó la necesidad de que el proyecto se coordine con el nuevo plan de protección del Naranco, con la revisión del PGOU y también con la variante prevista para alejar el tráfico de los monumentos. Una carretera polémica por su elevado coste (que fuentes municipales sitúan cerca de los ocho millones de euros, con expropiaciones), pero que el equipo de gobierno considera fundamental para proteger Santa María y San Miguel de Lillo y para mejorar el entorno.
Carlos García Rivas, de Manos por el Naranco, una de las plataformas que trabaja por la defensa del monte como algo prioritario para la ciudad, explica que «la limpieza que se hizo este año con el desbroce de caminos fue una actuación muy interesante y agradecida por la gente que va por el monte en bici y corriendo. Todo el mundo habló muy bien de ello». Sin embargo, incide García en que «es algo que tiene que seguir haciéndose».
Según se apunta desde el Ayuntamiento, aparte de los nuevos planes de empleo que destinarán sus recursos en el entorno de la Zoreda, Economía trabaja en licitar un nuevo contrato para 2019 específico para mantener lo logrado en el Naranco.
Pero el monte tiene muchos debes. «Hay que hacer hincapié en la finca del Pevidal», señala García, que apunta a elaborar un plan «serio» que dote a la finca y su patrimonio de «utilidad». «Pusimos sobre la mesa varias ideas como una reforestación ambiental con especies autóctonas, también la plantación de frutas del bosque, algo que daría trabajo directo», añaden desde Manos por el Naranco. Se trata de actuaciones que no requieren inversiones millonarias y que «acercarían al público a la finca». Un predio que cuenta con cuevas naturales, neveros y vestigios de la guerra civil.
Desde otra de las asociaciones que luchan para la conservación del monte, la plataforma Todos Unidos por el Naranco, se apunta antes que al Pevidal, que también, a la conservación del Prerrománico como la actuación más urgente. «El Naranco es una casa de locos», explica Ángel del Valle, que añade que «por orden jerárquico, coloco la defensa a ultranza de los monumentos».
Desde ambas asociaciones se apunta a que tal y como está ahora, la carretera que transita junto a San Miguel de Lillo y Santa María del Naranco es «una aberración». Al mismo tiempo, les preocupa el desconocimiento de cómo podría resultar el nuevo proyecto que alejara la ruta de las iglesias pero que «podría tener impacto con escolleras» y nuevos desmontes.
Asimismo, coinciden en apuntar que es necesario «un acceso peatonal atractivo», según Del Valle. García explica que el actual, «por el que pasan miles de turistas» en lo que es «la imagen de Asturias», es impracticable en días de lluvia y para personas mayores o con movilidad reducida.
«Después hay que considerar las demandas de los vecinos», refleja Del Valle, porque «no pueden arreglar sus viviendas». «Hay quien tiene una casa que no es primera vivienda, que fue de sus abuelos y no pueden ni tocar los tejados». Un problema al que arroja luz García al explicar que en el monte son tres, el Estado, el Principado y el Ayuntamiento, las administraciones que tienen competencias y no siempre sus intereses coinciden.
De hecho, a esa 'casa de locos' a la que apuntan desde Todos Unidos por el Naranco, se refiere Del Valle nuevamente al mencionar la finca del Pevidal y « la cara norte del monte, que es donde está la reserva biólógica». Una vertiente en la que están instaladas varias canteras.
«Dentro de la organización vamos a comenzar a tener varias reuniones con los habitantes del Naranco, que son los que nos preocupan. Se ha proyectado una carretera desde Cayés hasta Brañes cuando creemos que hay muchos intereses privados y que no se corresponde», explica Del Valle.
En este sentido, García también a punta a que para la defensa del monte «la presión social funciona, pero somos pocos».
De momento, hoy podrán medir sus fuerzas durante la Jira. Una romería de la que Del Valle es un tanto escéptico: «Nos agradaría que fuera más abierta y multitudinaria». «En la segunda república dicen que subieron al monte 35.000 romeros y la ciudad debía tener 70.000 habitantes», explica. García, por su parte, mira al cielo para que la jornada vuelva a ser un éxito de participación y reivindicación por el monte «totémico» de los ovetenses.
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