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CECILIA PÉREZ
OVIEDO.
Lunes, 2 de julio 2018, 01:38
Andando, corriendo, en bici, en moto, en coche y hasta en autobús. Todo valió ayer para disfrutar de la segunda edición de la Jira al Naranco. Hubo para todos los gustos. Los amantes de lo difícil lo hicieron a la carrera. Doscientos corredores participaron en ... la primera subida a la cima. La salida desde la Losa, a las once y media de la mañana, ya presagiaba que la jornada iba a estar animada. Los participantes comenzaron en terreno urbano para luego adentrarse por las primeras cuestas que daban acceso a los monumentos prerrománicos. De ahí hasta la Fuente de los Pastores, directos a la imagen del Sagrado Corazón y a la ansiada meta. El primero en llegar fue Pablo Ibáñez. Completó el recorrido en treinta y dos minutos y su triunfo se lo dedicó a su hermana Silvia Ibáñez y a su amigo Jorge Cosío: «Ha sido una carrera muy guapa».
Con más tranquilidad se lo tomaron los que prefirieron disfrutar de la Jira a pie. Necesitaban guardar fuerzas para luego darlo todo en los juegos tradicionales que jalonaban el prao. La carrera de la tortuga a cuerda, el juego de la rana, el aro y la gancheta y hasta una especie de modalidad de skis sobre hierba. «No tenemos ni idea de cómo funciona esto», comentó sorprendida Merce Iglesias mientras llegaba una pareja sobre las tablas. «Son como unos skys de travesía pero en pareja. Un juego colaborativo», explicó Laura Serantes.
Los amantes del arte también tuvieron su espacio a través del concurso de pintura rápida al aire libre. Las musas de la inspiración no tuvieron mucho trabajo ya que el paisaje ayudó a elaborar verdaderas obras maestras.
Los más pequeños disfrutaron haciendo volar las cometas. Un kit completo de montaje se llevó la Asociación Deportiva Cultural Sierpe. Telas, varillas, carretes, cintas y ser un poco apañado en eso de hacer nudos fueron los ingredientes necesarios para echar a volar las cometas.
En la Jira también hubo tiempo para los cuentos de boca de Milio'l del Nido, la música de Silvidos y Gemidos y también para una pequeña decepción. La lluvia, amenazante durante toda la jornada, hizo acto de presencia justo a la hora del inicio del partido España-Rusia y del concierto de Los Berrones. Tanto la propuesta de colocar pantallas para ver el partido como el concierto de los de Tolivia acabaron por suspenderse.
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