
Carmen Quirós Gerente de Mercados - El Fontán
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Carmen Quirós Gerente de Mercados - El Fontán
«El Fontán puede modernizarse pero sin riesgo de quiebra económica para los comerciantes»Más de cuarenta puestos en la plaza de abastos, más de sesenta en el mercado exterior y otros más de doscientos en el rastro dominical ... agrupa la sociedad Mercados El Fontán, cuya gerente es Carmen Quirós (Avilés, 1986). Cerca de cumplir su primera década en el puesto, al que llegó tras estudiar Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Oviedo con experiencia pero siendo muy joven y mujer –«por lo que parece que siempre tiene que demostrar más»–, ya afronta con mucha seguridad y sensatez los temas convulsos, como la paralizada reforma de la plaza o las peatonalizaciones de El Antiguo. Pero, sobre todo, defiende los intereses comerciantes, la viabilidad de sus negocios y el servicio que prestan a la sociedad.
–¿Cómo se vinculó a El Fontán?
–Acababa de terminar un contrato en Duro Felguera en 2014 y me llamaron de aquí para cubrir una baja que se fue complicando, con altas y bajas, hasta que finalmente me ofrecieron un contrato relevo... y ya desde 2016 de manera indefinida y con el puesto de gerente.
–En casi diez años... ¿ha evolucionado mucho el mercado?
–Cuando llegué, con 27 años, fue todo un reto; además, siendo mujer, un puesto de dirección fue complicado, no te lo voy a negar... Trabajan muchas personas, a veces con sentimientos diferentes, y hay que aunar los intereses, conseguir que todo vaya un poco a gusto de todos. Pero, bueno, después de diez años, la esencia del mercado no ha cambiado.
–Dice que por ser mujer.
–Por ser mujer y ser joven. Los puestos de dirección normalmente se asocian a ese hombre de mediana edad. Al llegar una chica no recién licenciada, porque ya tenía mi bagaje, mis estudios y experiencia en distribución comercial, parece que siempre tienes como que demostrar más.
–¿Y ahora?
–Después de diez años ya tienes soltura y todo el mundo te conoce y sabe cómo funcionas.
–Decía que el mercado no ha cambiado en esencia.
–La esencia es la de siempre, pero sí que es verdad que hemos vivido grandes retos y, sobre todo, el tema de la pandemia, cuando seguimos siendo un servicio prioritario y en ningún momento cerramos. Los comerciantes se tuvieron que volcar.
–¿Cuántos puestos tiene ahora mismo abiertos el mercado?
–Siempre decimos 45, pero son 44, uno se anuló para el baño de minusválidos, que evidentemente había que cumplir la normativa, y hay otro que no está usándose por el tema de las taquillas refrigeradas que nos puso el Ayuntamiento con fondos europeos. Del resto, hay dos desocupados.
–¿Desde hace tiempo?
–Hay uno que lleva más tiempo cerrado por un tema de titularidad, que no terminaba de traspasar ni hacer nada con él, y otro que es relativamente reciente.
–¿Hay mucho movimiento de aperturas y cierres?
–Se mantiene bastante estable, puede rotar uno o por jubilación..., pero son negocios que funcionan.
–¿Y cómo se accede?
–Hay dos vías: bien porque sea una jubilación y tenga titular, para lo que hay que hacer un traspaso y se firma el contrato con la persona saliente, y otro por subasta pública. En el caso de los dos locales que tenemos disponibles, tienen que hablar con nosotros y presentar un proyecto sobre qué quieren hacer y se hace la subasta.
–Habían anunciado que la venta 'online' llegaría a El Fontán.
–Está a punto de arrancar dentro del famoso proyecto de los fondos europeos que quedó ahí en el tintero. Es la parte de la digitalización. Ya nos han hecho entrega de herramientas digitales como el sistema de control de aforo; una plataforma de análisis del comportamiento de los clientes; un marketplace, que es lo que estrenaremos si Dios quiere ahora en marzo o en abril; una aplicación que todavía no nos han desarrollado, y otro marketplace de productores.
–Toca adaptarse.
–Va a suponer dar un mayor servicio a los clientes, que si hay días que no pueden acudir aquí podemos llevárselo a casa. Hay que estudiar la mecánica, que sea cómoda y tampoco agobie mucho a la persona que está detrás de su negocio. Como todo, el hábito hace al monje; queremos ir poco a poco puliéndolo y que funcione bien, eso esperamos.
–¿Cuándo estará completada la puesta en marcha de todas esas medidas?
–Hay muchas cosas que ya están. Por ejemplo, sistema de control de aforo, que ya lo tenemos desde el mes de octubre, y el tema de los totems, que al entrar tenemos unas pantallas interactivas. Vamos a recibir la formación aquí el lunes para ver cómo incluir contenidos y poder hacer promociones en esas pantallas. En cuanto al sistema del marketplace de proveedores, todavía está en ello el Ayuntamiento. Es una especie de directorio 'online' con productores locales y los propios comerciantes, para que lleguen a acuerdos.
–El proyecto de reforma se paralizó por el rechazo de los comerciantes. ¿Cómo está ahora mismo?
–Lo acontecido ha sido nefasto. Era una oportunidad de oro para actualizar unas instalaciones como estas. La última reforma de mercado es de hace treinta años. Mantener un edificio como este es muy costoso y oportunidades así no las hay todos los años.
–¿Usted estaba a favor del proyecto?
–No, yo no he dicho que estuviera a favor o en contra. He dicho que al final tener esa cantidad de dinero y que se haya perdido por no llegar a un consenso... Yo estoy a favor de lo que quieran mis comerciantes y lo que sea beneficioso para ellos.
–¿Qué falló?
–Falló por muchas cosas. Es un proyecto que nació mal desde el inicio, que fue polémico más bien. Los comerciantes en su día realizaron una serie de peticiones al Consistorio cuando se supo de qué iban estos fondos. En el anteproyecto, en la memoria, sí que se recogieron gran parte de esas peticiones que hicieron los comerciantes, pero apareció también esa segunda planta o semiplanta bajocubierta.
–Y eso generó la polémica.
–Incluía de doce a dieciséis microbares y eso ya de inicio generó cierta polémica... y luego, las primeras reuniones que se tuvieron con el Ayuntamiento pues digamos que fueron en un tono poco amigable y que no dieron margen a negociar absolutamente nada ni a opinar. Después de eso hubo una transición de muchos meses que no se supo nada del tema, un vacío de información. A última hora ya hubo más reuniones, pero fue todo como a las carreras. Los comerciantes del mercado conocieron el proyecto un mes antes de decidir.
–Poco tiempo.
–Eso genera muchísimas dudas, mucho malestar, y ese fue principalmente el problema; tuvieron que decidir en un margen de tiempo muy reducido.
–Muchas dudas.
–Todo fue en esta cronología que voy diciendo... Y yo creo que principalmente el fallo fue que la gestión no se llevó de acuerdo a cómo se tiene que desarrollar un proceso de cambio... Tienes que tener una comunicación efectiva, clara, continua, con las partes afectadas implicadas durante todo el tránsito.
–¿Cuál es para usted el proyecto ideal de reforma?
–Los comerciantes lo manifestaron en su día, con un listado de peticiones de lo que ellos necesitaban para poder trabajar y para acondicionar un mercado que de otro modo es precioso, muy bonito; es un edificio arquitectónicamente llamativo y puede modernizarse, pero siempre que sea funcional y sin riesgo de quiebra económica de los comerciantes por ese tránsito durante la reforma. Es lo que hay que dejar muy bien atado.
–¿Y cómo está ahora mismo?
–Si sale algún proyecto, será siempre y cuando se sienten a negociar las partes y que haya un consenso real, que se realice eso sin que suponga ningún perjuicio económico para la gente que está operando ahora mismo en el mercado.
–¿Les urge alguna obra?
–Siempre se habló del tema de la cubierta. Se realizan mantenimientos periódicos, evidentemente, pero poner una nueva, como estaba previsto, es muy costoso. No lo puede asumir la sociedad Mercado El Fontán. Ahí sí que se requeriría el apoyo del Ayuntamiento.
–¿Lo han pedido?
–No está pedido quizá formalmente, aunque es algo público y notorio...
–¿En el mercado exterior necesitan algún cambio?
–En los últimos años se han hecho cambios: la disposición de los puestos en el rastro, haciéndolos todos del mismo tamaño, la homogeneización de los toldos... Sí que solicitaríamos más presencia policial. Antes había una dotación policial constante en el eje comercial del Fontán para el control de cómo se dan los puestos, del cumplimiento de la normativa...
–¿La echan de menos?
–Nosotros, aunque seamos concesionarios y tengamos unas personas constantemente para el tema de la venta ambulante, sí es cierto que no tenemos potestad de hacer un informe, ni de sancionar, ni de hacer cumplir la normativa. Los domingos, a veces, aparecen espontáneos que no tienen licencia y se pueden dar situaciones de conflicto, que sin presencia policial se puede ir un poco de las manos.
—El Ayuntamiento espera que el nuevo mercado de La Corredoria comience antes del verano. ¿Será competencia?
–El Consistorio actualmente está apostando por los barrios. Tampoco lo puedo ver como algo negativo, seguro que es positivo para la gente de la zona. Se está pensando mucho para que sea como un mercado de referencia, pero el mercado por excelencia en Asturias es el mercado del El Fontán, que es el único en Asturias que hay de lunes a domingo.
–¿Existe la posibilidad de que algunos de sus puestos se vayan para allá?
–Tendrán que ver las bases.
–También va a abrir el mercado de las flores.
–El modelo de mercado, incluso de mercado tradicional, está en auge porque el tema de la sostenibilidad, de la economía circular, del producto de proximidad... Es la esencia y podríamos decir que los mercados están más vivos que nunca.
–Viene todos los días a El Antiguo, ¿cómo lo ve?
–Oviedo, en general, lo veo mucho más dinámico en los últimos años. Ha pegado un cambio a bien y es una ciudad viva, que se festeja mucho todo, aparte del tema cultural, siempre fue como un punto fuerte de la ciudad. Hay que apoyar mucho a nuestros pequeños comerciantes, que frente a las grandes superficies a veces se sufre mucho y es la clave para que una ciudad esté bien diferenciada.
–Una ciudad que cada vez tiene más turistas. Habrá notado muchísimo el incremento desde que llegó en 2016.
–Es increíble. El pulso del turismo lo tenemos en El Fontán, no hay persona que visite Oviedo y que no visite El Fontán. Se ha notado muchísimo desde la llegada del AVE. Y si encima tenemos un equipo en Primera División, como así espero que sea, más visitantes y mayores ingresos para todos.
–Acaban de terminar las obras de peatonalización de Mendizábal, Ramón y Cajal y Pozos... En una segunda fase se extenderán por Fruela, Rosal y Martínez Martina. ¿Cómo les afecta?
–Es un tema preocupante... Hay que aplicar la normativa europea de bajas emisiones, pero hay que ver la manera de llevarlo a cabo, pues nos supone un aislamiento de los comercios que residen en El Antiguo. Afecta no sólo al mercado, a todos los comercios de la zona. No sé si finalmente van a hacer un parking en El Campillín, el tema de la movilidad, zonas de aparcamiento... Si nos dejan aislados, imposibilita la recepción de público. Y nosotros no sólo vendemos al público, vendemos también a la hostelería y el no tener una zona de carga y descarga para los propios comerciantes, donde poder dejar su furgoneta y atender a sus clientes... Espero que no nos dé el proyecto diseñado ya hecho y sin opción a réplica.
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