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C. DEL NERO
OVIEDO.
Lunes, 26 de diciembre 2022, 01:43
Mientras la gran mayoría de los ovetenses -y del resto de españoles- tenía la mirada puesta en el primer fin de semana de fiestas navideñas, que coincidía además con la cena de Nochebuena y la comida de Navidad, para disfrutar de la familia al completo ... y reunirse alrededor de la mesa para compartir recuerdos y anécdotas, hay otra cara de la misma moneda. La de quienes tienen que acudir a sus puestos de trabajo para velar porque «el resto disfrute de las fiestas».
Personas cuyos trabajos les obliga a estar de guardia independientemente del día del año que sea. Una de esas historias, las de quienes trabajaron mientras otros disfrutaban de las fiestas, es la de la farmacéutica Pilar García Montes, a quien le tocó Nochebuena «por primera vez en más de treinta años».
Cuando miró el calendario y vio que le asignaban un día tan señalado «me descolocó, pero va implícito en nuestra profesión». Además, recordó, que ya le habían tocado otras fechas festivas, como San Mateo o el Día de Todos los Santos. «Cuando toca una guardia en un día festivo notamos que el ambiente es diferente, hay gente más distendida por ser Navidad, aunque también la hay más asustada. En definitiva, fue una noche diferente», explicó García Montes. «Nosotros tenemos que estar aquí para la gente que tenga una urgencia», aunque fue una noche «bastante tranquila», resumió.
Los momentos de más movimiento coincidieron, en su mayoría, «con el cambio de viviendas de quienes fueron a cenar a otros hogares». «Hicimos vídeollamada todos los de la farmacia», porque aunque solo se quedaba una en el local, «somos como una familia, para lo bueno y para lo malo».
También la médico de Urgencias del HUCA María Losa vivió la Nochebuena trabajando, junto a varios de sus compañeros. En su caso, «las enfermeras organizaron para que tuviéramos una cena algo especial e intentamos reunirnos los máximos posibles alrededor de la mesa». Ya tiene la vista puesta en Nochevieja. Ella repite: «Me toca a menudo, ya es algo normal para mi familia».
Una jornada frenética vivieron los efectivos del Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento. Por la mañana, tuvieron que ayudar a los Bomberos de Asturias en una intervención en Lugo de Llanera y en el resto de la jornada «hubo otras intervenciones menores como la alarma de incendios de un garaje». Todo ello, añade uno de los funcionarios municipales, en una jornada donde se incumplieron los mínimos. «Fuimos seis cuando deberíamos ser nueve».
Hay quien sin tener la obligación de trabajar escoge «de manera voluntaria» ayudar a los demás. Es el caso de hasta veinticinco voluntarios de Protección Civil, con Gonzalo Míguez a la cabeza: «Nos tocó cubrir la cabalgata de renos de Papá Noel, con más afluencia que otros años». Pero para él y Julio Machargo, Andrés Menéndez, José Carlos Posada y María de Jesús, «es una decisión que tomamos». De hecho, el primero repite las palabras que una vez escuchó al Padre Ángel: «Sobran agoreros y falta gente que trabaje por los demás». Y eso intentan desde Protección Civil, en palabras de De Jesús, «intentar que no suceda nada malo para que el resto de la sociedad pueda disfrutar de las fiestas».
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