«El Martes de Campo era un paréntesis de alegría en pleno mes de exámenes»

Haciendo gala de su predilección por la época medieval, elaboró un prolijo recorrido por la época en que vivió la fundadora de la cofradía de sastres, doña Velasquita Giráldez. Ese siglo XIII, explicó De Blas, estuvo marcado por la expansión urbanística de Oviedo . «El crecimiento de la población fue tal que las ciudades aumentaron de tamaño». Fue también en esa época cuando los gremios -de artesanos, herreros y otros profesionales, como la de los sastres- empezaron a crecer. «El agobio por el hacinamiento en el centro de la ciudad favoreció el surgimiento de pequeños barrios», explicó el historiador.

Durante el pregón, De Blas desempolvó sus más preciados recuerdos. Rescató, en concreto, el Martes de Campo del año 1968. Eran tiempos de «pantalones campana, música de los Beatles y tardes infinitas en los chigres de la calle Mon». De la fiesta, en especial, recordó el paseo con amigos hasta el Campo San Francisco para luego recoger el bollo preñao con una sensación de libertad solo equiparable a la que sintieron los universitarios tras el encierro en la facultad para reivindicar sus derechos: «Éramos jóvenes deseosos de cambio y modernidad».