Secciones
Servicios
Destacamos
A. ARCE
OVIEDO.
Sábado, 19 de febrero 2022, 00:35
Adela Corral Albarreal se había ido a vivir a Santander hace unos tres años, cuando ella y su marido decidieron separarse. Era cántabra de cuna; sin embargo, en Oviedo pasó más de cuatro décadas, llevo a cabo de principio a fin su carrera laboral ... y tuvo dos hijas, de las cuales hoy una vive en Pamplona y la otra, en Oviedo, al igual que su exmarido. Fue este último, Miguel Ángel Güemes, maestro del colegio de La Corredoria, quien atendió a este diario a última hora de la noche, mientras se encontraba con una de las hijas, ultimando los preparativos antes de emprender el viaje previsto para esta mañana a la comunidad vecina.
«Si ya es duro perder a una madre, imagínate cómo se debe de sentir cuando te la matan, es algo terrible», explicó tajante.
La fallecida era muy conocida en la ciudad debido a su trabajo. Había ejercido durante más de treinta años como auxiliar de enfermería en el antiguo Hospital General de El Cristo (desde 1978) y, también, como representante de la lucha sindical. Militó durante décadas en Comisiones Obreras (CC OO) y estuvo liberada durante casi tres lustros. No obstante, aunque le hubiese tocado por edad, no llegó a trasladarse al nuevo emplazamiento de La Cadellada para estrenar el nuevo HUCA, primero, por una retinosis pigmentaria (una enfermedad de origen genético que provoca una degeneración progresiva de las células del ojo) que le valió una incapacitación; y después, porque le detectaron una enfermedad mental hace unos diez años.
«Era muy querida por todos, se involucraba muchísimo con sus pacientes y era toda una luchadora sindical», recordó una de sus hijas. Pero todo cambió a raíz del diagnóstico. «Estaba mal y en varias ocasiones intentamos el ingreso, porque veíamos que lo necesitaba, pero solo le recetaban medicación. Es cosa de este país, parece que no nos tomamos en serio la salud mental hasta que ya es tarde», lamentó. «Mi madre tenía una enfermedad mental y, aunque ella iba al psiquiatra, no recibía la ayuda suficiente ni asistencia, ni siquiera nosotros podíamos ayudarla a raíz de lo que le pasaba. Al final, ella estaba en su piso».
El problema es que en ese domicilio casi nunca estaba sola. Durante los últimos tiempos había adquirido la acostumbre de alojar a indigentes y distintas personas. «Era por la enfermedad», aseveró la hija. El hombre que presuntamente la estranguló hasta la muerte, un varón de nacionalidad española, según les trasladaron desde la Policía, era uno de ellos.
La llamada de los agentes, en ese sentido, la recibieron ayer, temprano. Su exmarido se encontraba en sus clases en el colegio cuando le llegó el aviso, lo puso en comunicación de sus compañeros y salió en busca de sus hijas. El Instituto de Medicina Legal cántabro ya había culminado la autopsia para la tarde de ayer. Hoy, la familia recibirá el resultado, se les entregará el cuerpo y lo enterrarán en los próximos días en Santander. «Es un shock tremendo, pero nos temíamos que pudiese acabar pasándole algo así», concluyó la hija.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Nuestra selección
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.