Cheky Fernández (Luanco, 1986), el fundador del grupo Joker con varios locales de ocio nocturno en El Antiguo, ha sufrido los estragos económicos de la ... pandemia desde uno de los subsectores de la hostelería que han salido peor parados. No obstante, le han quedado fuerzas para plantearse la 'hazaña' de abrir un nuevo negocio. Y no, no es un bar de copas de moda como el Joker Deluxe, el Metrópolis o el Nunca Jamás. Las Güelas, una sidrería en el 15 de la calle Gascona, que arrancará hoy en medio del segundo cierre y las incertidumbre de una reapertura que no acaba de llegar, sirviendo comida a domicilio. «No podemos tirar la toalla», advierte.
-Hay que ser muy valiente para 'abrir' un negocio de hostelería en este mismo momento.
-¿Ah, sí?
-Las cosas no están fáciles para el sector.
-Venimos del ocio nocturno, y ahí las cosas sí que están difíciles. El día tiene más posibilidades en el corto plazo. No estamos locos por abrir un negocio ahora, por mucho que haya quien crea que sí, lo vimos claro y vamos a por ello con todas nuestras ganas.
-¿Cómo están esos ánimos?
-Teníamos previsto empezar en octubre. Ya hemos pagado varios meses de renta del local y todavía no hemos podido arrancar. ¿Los ánimos? Al principio bien, pero cuando pasan las semanas y las cosas siguen igual o peor la ilusión se va desinflando un poco. Por eso hemos decidió forzarlo, empezar sirviendo a domicilio, para darnos a conocer.
-¿Cree que se está arriesgando?
-En la situación en la que estamos ahora mismo podría dar miedo arrancar así, dando comidas para llevar o a domicilio, pero las cosas están como están. Vamos a aprender, poco a poco, porque tenemos ganas. Los negocios, en general, vamos a estar muchos años solo para poder recuperarnos de esto y pagar las deudas... De aquí a seis meses, por los menos, las cosas no marcharán con cierta normalidad. Puede que sí sea arriesgado, pero lo cierto es que no podemos tirar la toalla.
-¿Por qué en Gascona?
-Llevar un local en la calle Gascona, que es la Meca de la sidra, es una ilusión que tengo desde siempre.
-¿Es un adiós al ocio nocturno?
-No, en absoluto. Voy a seguir con las dos cosas. Es parte de lo que soy y uno no puede desprenderse de esas cosas así como así.
-Aun así, se pasa de la noche al día.
-(Risas). No tiene nada que ver una cosa con la otra, aquí vamos a servir comida tradicional con las recetas de nuestras güelas. Todo es distinto. Aquí la planificación y la organización debe plantearse de otra manera. El alcohol, por ejemplo, no caduca, al menos la bebida blanca, pero la comida sí. El producto se pierde, es tan simple como eso. Ya hemos llenado la despensa para este primer fin de semana.
-Hace unas semanas anunció el cierre del Joker Deluxe...
-Cuando el presidente anunció el segundo cierre nos vinimos abajo. Pero ahora puedo decir que hemos llegado a un acuerdo con el propietario del local para resistir hasta enero. El Joker no se ha acabado.
-¿Los alquileres del casco viejo tienen la culpa?
-Los alquileres en El Antiguo, tal y como estamos, son inviables.
-Ya van un buen número de cierres en El Antiguo.
-Es normal. La gente se queda sin ahorros, se hipotecan y llega a un punto en el que no pueden más. Lo que está claro es que si esto se alarga mucho más, hasta 2021, cada día serán más a los que no les quede más remedio que bajar la persiana.
-¿El ocio nocturno está unido?
-Lo está, o lo estuvo al principio, pero hay que entender que esto está resultando muy desesperante para todos y que se hace muy duro resistir.
-¿A cuántos trabajadores emplearán en Las Güelas?
-Al principio, mientras estemos sirviendo a las casas, a dos más nosotros (los dos socios); después, la intención es tener un equipo de cinco personas. Ya tenemos a la gente, solo falta ir dándolos de alta según se vayan aclarando las circunstancias.
-Abren hoy, pero esta mañana irán a la manifestación convocada por Otea.
-Sí, abriremos para dar las cenas. Iremos a la manifestación, tenemos que reivindicarnos como hosteleros.
-¿Cree que conseguirán algo?
-Yo lo que creo es que vamos a salir reforzados de todo esto. Estas circunstancias que nos ha tocado vivir no van a durar para siempre. Al principio iba a ser un mes y pronto habrá pasado un año desde que empezó todo esto.
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