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Tienen durante horas el grifo abierto para ver si consiguen llenar una cacerola, pero ni con esas. «Llevamos cuatro días sin agua; no sube ni un hilo». Son palabras de Mari Luz Vázquez, vecina de Constante, una localidad ubicada en mitad del monte Naranco y que hace un año y medio fue uno de los puntos afectados por la oleada de incendios.
Su desesperación es máxima porque desde hace veinte años tienen problemas de abastecimiento que en vez de arreglarse, van a más. Antes podían estar «un día o dos sin suministro»; ahora llevan media semana y sin visos de que se arregle. «Han llamado al Ayuntamiento y a Aqualia sin que nadie les responde», según explica el presidente de la asociación vecinal Fuente de los Pastores, Carlos Madera.
Una situación que ha provocado que los vecinos tiren de ingenio. En mitad de estos días de calor no han podido ducharse: sólo se refrescan con toallitas. Las garrafas de agua las reservan para cocinar, beber y fregar. El problema también afecta a los animales porque«tenemos perros y cómo les damos de beber; no podemos».
El único momento del día en el que consiguen un poco de presión es de madrugada, pero no siempre. «A veces a las cuatro sube un hilín; ayer, por ejemplo, me puse a fregar a las ocho de la mañana. Jaboné y cuando iba a aclararlos ya no había agua». Este problema les supone también un gran desembolso económico. La caldera del agua se ha estropeado al no tener presión de agua. «La aguja no llega a un bar». Las recomendaciones de los técnicos es que esté entre uno y dos. También tienen problemas con la lavadora.
Vázquez la pone por la noche para ver si hay suerte y aumenta la presión. Muchos días al despertar se encuentra con que no ha acabado y el lavado se paró al principio porque no había presión de agua. ¿Cuál es la solución al problema? Eso es lo que estos vecinos quieren saber, aunque tienen sospechas. «La traída debe de tener muchas fugas, provocando que el agua no llegue a Constante. Igual tienen que hacer una traída nueva o una motobomba porque no podemos seguir así».
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