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COVA DEL NERO
Lunes, 3 de abril 2023, 02:36
Las Dominicas de la Anunciata es una congregación que nace en Vic, Barcelona, en 1856, con el padre dominico Francisco Coll y Guitart como fundador. Pero no fue hasta 1923, sesenta y siete años después, cuando las religiosas llegaron a Asturias. Comenzaron con su labor educativa en una vivienda de la plaza San Miguel, en una casa propiedad de una familia apellidaba Fierros. En ese mismo inmueble ocho hermanas gestionaban todo. En ese curso 1923-1924, hubo una primera matrícula de veinticinco alumnas, que fue subiendo, paulatina y progresivamente, con los años. Fue en mayo de 1927 cuando aquellas religiosas vieron que el lugar se comenzaba a quedar pequeño y en 1929 se inauguró el edificio que alberga el colegio Dulce Nombre de Jesús, en Suárez de la Riva.
«Se vivieron en torno a una decena de reformas» para ir albergando a más y más alumnos hasta el día de hoy, que cuentan con 1.200 menores y una plantilla de 80 empleados, entre docentes y demás trabajadores. Este año es especial, cumplen cien años, y el profesor Alejandro Calleja ha querido reunir en un libro todos los datos, anécdotas e historias de un centro educativo que «ha sabido adaptarse a leyes educativas y cambios generacionales». Aquella primera piedra, en la que estuvo presente el Marqués de Teverga, entre otras personalidades, significó más que el inicio de la historia de Las Dominicas en Oviedo.
Fue el inicio de la educación femenina en Oviedo, al menos, en un edificio creado «por y para albergar un colegio de niñas». Hasta el momento, «se impartían clases a mujeres, pero lo hacían en casas o inmuebles ya construidos». Además, ya en sus inicios, fue un centro «moderno, en el que había calefacción y teléfono», algo que, sin duda, asegura Calleja, «llamaba la atención en aquella época».
Además de colegio de Primaria, «comenzó a tener atribuciones para impartir otro tipo de enseñanzas, como Bachillerato y Escuela del Hogar», por poner ejemplos.
Nunca, en estos cien primeros años de vida, dejó de tener matrícula, ni siquiera mientras se bombardeó la ciudad, con la revolución de octubre del 36 o la guerra civil. En el año 1928, había unas 70 alumnas y tras la guerra comenzaron a superar el centenar. Así, según cálculos -faltan ciertos datos-, por las paredes y pupitres de Las Dominicas de Oviedo llegaron a pasar 10.000 alumnos. Y seguirán llegando: «Es un colegio que crea vínculo familiar, la gente vuelve; y seguiremos adaptándonos a los tiempos», asegura la directora, Ana Dávila.
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