La 'manada de El Antiguo' niega cualquier tipo de contacto sexual con la víctima de 16 años

Las defensas, tal y como ha podido confirmar este diario, sostienen que con el examen de la Policía Científica ni con el del forense se puede acreditar que haya tenido lugar contacto sexual alguno con ninguno de los acusados. Estos respondieron únicamente a preguntas de sus defensas y no a las de la fiscal ni de la letrada del Principado, que ejerce la acusación particular al ser la víctima una menor tutelada en el momento en que tuvieron lugar los hechos.

La menor, en ese sentido, si bien advirtió que no recordaba muchos de los acontecimiento que tuvieron lugar presuntamente aquella noche, reiteró entre lágrimas su versión y recordó a los presentes lo díficil que resulta para ella revivir estos hechos una y otra vez. No en vano, sufre desde entonces un trastorno adaptativo mixto ansioso-depresivo derivado de estrés postraumático.

La versión del Ministerio Fiscal

Ahora bien, ¿qué ocurrió aquella noche? Según el relato del Ministerio Fiscal, la menor se encontraba de botellón en los jardines de La Rodriga aquella tarde con otros cuatro amigos. Entre ellos, dos chicas más, de 16 y 17 años. Una de ellas era la novia de uno de los acusados y por mediación suya acabaron las tres en el piso de la calle Jesús en compañía de los cuatro procesados «con la intención de seguir bebiendo alcohol y fumar una cachimba».

Una vez allí, a eso de las 23 horas abandonó el piso una de las tres. En ese momento, la amiga de la víctima «se introdujo voluntariamente en una habitación con su novio y mantuvieron relaciones sexuales de forma consentida». La denunciante se quedó en el salón con los otros tres.

Fue poco después, según advierte la fiscal, cuando la joven entró en la habitación en la que estaban su amiga y el novio, pero «los otros tres procesados entraron también en la habitación». La tiraron sobre la cama, le quitaron los pantalones y la ropa interior y tanto el novio de su amiga como otro de los acusados «la penetraron vaginalmente en varias ocasiones, alternándose».

Mientras sucedían estos hechos, los otros dos «se mantuvieron de pie en la puerta de la habitación, masturbándose». Todo esto, sentencia, aprovechando que la menor «tenía sus facultades psicofísicas disminuidas por la abundante ingesta de alcohol (a las 3.37 horas la tasa de alcohol era de 151 miligramos por decilitro de sangre), de modo que no podía prestar un consentimiento libre para la ejecución de actos como los que tuvieron lugar». Eso sí, la fiscal también destaca que «no consta que la menor fuera golpeada o amenazada» y que se fue a casa al terminar los actos sexuales sin que se lo tratasen de impedir.

De ahí parte la principal diferencia entre acusación. Mientras que la Fiscalía reduce los hechos a sendos delitos de abuso sexual y exhibicionismo, por los que pide para los acusados entre uno y seis años de cárcel, la letrada del Principado los considera constitutivos de una agresión sexual y eleva la petición de pena de prisión a quince años.