Indra dará un empujón al contrato del VCR 8x8 con la entrega de doscientas unidades hasta 2026

Una promesa ambiciosa, pues supone casi dos tercios de las 348 unidades del blindado estrella de las Fuerzas Armadas, fabricado en Trubia, en poco más de dos años. Y es que la sociedad ha venido demostrando en reiteradas ocasiones severas dificultades para cumplir los plazos. La última, tal y como informó este diario, la imposibilidad de entregar al Ejército de Tierra las 92 unidades comprometidas para este 2024. Serán, más bien, poco más de una veintena. No obstante, las palabras de De los Mozos son claras: «Se espera que se puedan entregar unas cien unidades en 2025 y otras cien en 2026».

Así lo manifestó durante una conferencia con analistas en la que también advirtió que el papel dominante de la empresa en Tess Defence es una apuesta a medio y largo plazo, y que, por ahora, «aún es pronto para dar cifras» sobre el aporte a sus cuentas de la facturación del conglomerado armamentístico. «Dependerá de los vehículos que seamos capaces de entregar», sentenció. Además, la operación aún debe ser aprobada por el Gobierno central y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.

Adjudicado en agosto de 2020 a Tess Defence, el megaprograma 8x8, valorado en 2.500 millones de euros, se inició con un calendario claro. El plan incluía la puesta a disposición de 7 vehículos en 2022; 34 más en 2023; 71 para 2024; 90 en 2025; 94 al año siguiente y, por último, 52 unidades en 2027.

De lo anterior sólo se cumplió la primera parte. En diciembre de 2022, el Ejército de Tierra y Tess Defence presentaron en la fábrica de armas de Alcalá de Guadaíra, sede sevillana de Santa Bárbara, la primera remesa del Dragón durante un acto en el que pudieron verse en fila esas primeras siete unidades de la versión de zapadores. A partir de ahí, retrasos y una primera reprogramación, el año pasado, que fijaba 92 unidades para el próximo diciembre. Cosa que no ocurrirá.

¿Por qué? Los vehículos sí están fabricados –y acumulándose en las instalaciones de la factoría trubieca–, pero los problemas han llegado, principalmente, por la dilación en la llegada de sistemas esenciales como las transmisiones, si bien también se está demorando un modelo concreto de torretas. Cada uno de los cuatro socios del consorcio aporta determinados elementos del blindado. En Trubia se hacen las barcazas.

En ese sentido, el anuncio del CEO de Indra calma las aguas e introduce los primeros pormenores del nuevo calendario que Tess Defence debe cerrar con el ministerio. No en vano, Robles exigió recientemente a la sociedad un plan de viabilidad del programa tras conocerse la última demora en la sede ministerial. Un anuncio que, con todo, dibuja un panorama muy ajustado. Las entregas del 8x8 deberían finalizar en 2027 y ello obligaría a que los últimos 148 'dragones' superasen la fase definitiva de integración de sistemas en apenas un año.

La buena noticia es que los programas de armamento no son lineales: van ganando velocidad a medida que avanzan. Por otro lado, el salto de Indra a la primera línea de Tess ha cambiado por completo la configuración de la industria de defensa nacional.

Traerá consigo la construcción de un centro industrial y de ingeniería avanzada en Asturias donde, a futuro, se trasladarán las labores de integración final de blindados que hasta ese momento seguirán llevando a cabo en Trubia, y que estará ligado al Vehículo de Acompañamiento a Cadenas (VAC), también adjudicado a la sociedad por dos mil millones de euros. Para el CEO de Indra, este será el hito más importante en la historia de Tess.