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ROSALÍA AGUDÍN
OVIEDO.
Martes, 12 de diciembre 2017, 01:28
Nani Elaine lo perdió todo, su vivienda y su negocio, BE Belleza+Estética, con el incendio del número 58 de la calle Uría el 7 de abril de 2016. Todo la pilló por sorpresa: «Me enteré de las llamas por la Policía Local. Estaba haciendo una ... depilación láser y de pronto picaron a la puerta. Hasta ese momento no me había percatado de lo que estaba pasando. Cuando salí, vi la nube de humo». Lo ocurrido le dejó mella. Hay días que aún sufre bajones, pero gracias a sus clientas y a Carlos Espina, el dueño del inmueble, esta brasileña criada en Argentina ha salido adelante.
La fatídica jornada forma parte de su pasado. Aunque cada día tiene presente a Eloy Palacio, el bombero que falleció durante las labores de extinción, ayer pasó página. Reabrió su centro de estética en la segunda planta del edificio con una acción solidaria. «Ahora más que nunca sé lo que es vivir con nada. Para la reinaguración hemos organizado una actividad con la ONG Ningún niño sin cenar».
Los conocidos de Elaine donaron productos no perecederos, que se distribuirán durante las navidades entre los niños asturianos con necesidades. «Durante este año y medio, las clientas han estado a mi lado. Por ejemplo, me han regalado un espejo para poder seguir trabajando», confesaba con un tono nervioso, pero a la vez de felicidad, después de reabrir su negocio en la planta segunda del inmueble.
Quienes ayer ultimaban todos los detalles eran las cinco empleadas de la tienda de calzado Mary Paz. Su gerente, Elisabeth Alves, destacó que reabrirán hoy al público tras un año y medio sin presencia en Oviedo. «Cuando ocurrió el incendio miramos otros locales para poner la tienda, pero ninguno nos convenció y decidimos esperar a que reconstruyesen el edificio», explicó.
Mientras los arrendatarios de estos dos locales reinician sus proyectos, los obreros encargados de la restauración ultimaban ayer pequeños detalles. Al frente de este grupo se encuentra Leonardo Pevida, que confesó sentirse «satisfecho con el resultado». «Hemos hecho el edificio en un plazo corto de tiempo. La fachada fue la parte más complicado», detalló, ya que las dos últimas plantas fueron desmontadas.
A pesar de que Uría, 58 mantiene la esencia que el arquitecto del Oviedo burgués Juan Miguel de la Guardia proyectó sobre el papel, el inmueble es propio del siglo XXI. Está adaptado a las personas con movilidad reducida (la puerta del ascensor tiene el ancho establecido en la normativa de accesibilidad). Además, los baños de cada planta de las áreas de oficinas cuentan con una ducha para que los trabajadores puedan hacer deporte y después ir a la oficina.
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