Idas y venidas de históricos locales de la hostelería ovetense

Unos que se van y otros que abren, reabren o cambian de propiedad. La hostelería en Oviedo es un ente vivo que se mueve y que en el último año ha visto cómo se aceleraba el trasiego de negocios. Si el cierre del hotel La Gruta supuso hace quince días otro rejonazo a la actividad del sector servicios en los barrios de Buenavista y El Cristo, hoy el ensanche recupera un restaurante.

El Mil Setecientos 52 del hotel de la Reconquista -cuya nomenclatura se refiere al año de construcción del hospicio-, inicia una nueva etapa tras una reforma para modernizar las instalaciones. La dirección del establecimiento pretende que, pese a estar ubicado en el lateral del hotel, en la calle Ventura Rodríguez, mantenga su «propia entidad».

Con esta apertura, el restaurante La Regenta quedará solo para eventos privados. De igual forma, el 'room service' del hotel se mantiene y los platos se elaborarán en unas cocinadas destinadas para este servicio.

El pasado septiembre fue La Goleta el restaurante que revivió tras más de un año cerrado. Lo hizo de la mano de Francisco Luis Álvarez, 'Quico', que asumió la dirección de este emblemático establecimiento de la calle Covadonga de Oviedo. Emparentada La Goleta con otro de los históricos comedores de la ciudad, Casa Conrado, para este también hubo planes de reapertura que se concretaron en septiembre, cuando de la mano de Javier Antón -hijo del recientemente fallecido Marcelo Conrado, propietario original-, y del empresario Iván Suárez, incorporaron al restaurante las señas de identidad del Llagar de Colloto: la carne de buey y la brasa.

Otro miembro de las sagas hoteleras de Oviedo, Silvino Álvarez Almeida, inauguró un nuevo proyecto el pasado diciembre. Viggó, en la calle Félix Aramburu, pretende convertirse en un referente de la cocina casera pero con presentación renovada.