El hostelero que vivió «la gran noche» una y mil veces

'Miguelo' es ovetense, de Foncalada, donde nació un 28 de junio de 1961. Hijo de Lydia y Francisco y con cuatro hermanos. «Lo mío era llegar del colegio a las seis, tirar los libros, coger la merienda y salir a jugar a la fuente de Foncalada y a las vías del Vasco hasta la hora de cenar». Nunca fue un dechado de virtudes estudiando «y salí rebelducu». Por eso, «desde los 14 años me mandaron interno al San Luis de Pravia hasta COU. Fueron años fantásticos de preparación pseudomilitar que me vino muy bien para ir a hacer la mili a Ceuta a proteger las fronteras por las que ahora saltan miles de africanos».

A la vuelta del servicio militar, su padre fue claro. «Yo te doy cama y comida, pero lo demás te lo ganas tú». Dicho y hecho. Empezó a trabajar de vendedor en Seciprisa, una empresa ovetense, para los que no lo recuerden, similar a las actuales de reparto de comida a domicilio. «Ya lo habíamos inventado nosotros en Oviedo 30 años antes», explica. De ahí a la noche, aunque la noche la llevaba dentro porque le gustaba demasiado el «cachondeo». De aquella época, fue relaciones públicas en diversos locales como Escena o el Bombé. Pese al gusto por la noche y el desfase no separó los pies del suelo y puso una perfumería en la calle Doctor Casal.

Pero siguió en la noche con otros locales como el Aeuba; El Antiguo, con Ángel Hoyos y Rogelio García; o el Café Filarmónica. También se metió en la noche gijonesa con el Grupo Gavia (Círcolo, Gepetto, Bambara, Tribeca Bulevard...). Y continuó, más adelante, con La Mode, Traslaburra, La Latería del Águila y «ahora Traslaburra, donde tengo la tertulia más divertida de Oviedo». «Si en vez de montar locales de hostelería hubiera abierto 90 ferreterías, me hubieran dado el premio al empresario del año varias veces».

Quien piensa en 'Miguelo' piensa en fiesta, cachondeo y noches de copas pero también existe un Miguelo más cercano y más humano. Quizá porque los años no pasan en balde, la noche ha ido quedándose atrás «porque ya casi no salgo aunque no he dejado de reírme y de hacer cosas nuevas».

En esas está con su pasión actual, la interpretación. Es actor y ya ha participado en multitud de cortos, series de televisión y largometrajes. «El último, 'Tristesse', que ha tenido «un gran éxito de crítica en los festivales».

'Miguelo' considera que «he sido, soy y creo que seré muy feliz y sin haber hecho nunca daño a nadie, al menos con intención. No hay ni un solo empleado mío que hable mal de mí, ni una sola persona a la que le deba dinero». Con sus gafas de sol, 'Miguelo' sonríe, grita y se define: «dentro de lo babayón que soy, no he hecho nada malo».