«Todo lo que se haga en La Vega debe generar trabajo y producto»
Nicolás Arganza | Arquitecto ·
Reconocido por el Colegio de Arquitectos con el premio Castelao, contribuyó «a resolver el problema de la vivienda en Oviedo»Secciones
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Nicolás Arganza | Arquitecto ·
Reconocido por el Colegio de Arquitectos con el premio Castelao, contribuyó «a resolver el problema de la vivienda en Oviedo»P. ALONSO
LA FRESNEDA.
Viernes, 25 de octubre 2019, 01:27
Cuando en 1959 Nicolás Arganza (Tineo, 1932) finalizó la carrera de Arquitectura en Madrid y regresó a su tierra natal, la selección española de rugby perdió a uno de sus titulares con mayor proyección. A cambio, Asturias ganó un gran arquitecto. Sobre todo Oviedo, ciudad ... donde logró dar respuesta a la importante necesidad de vivienda durante las décadas de los 70 y 80 y a cuyo desarrollo urbanístico contribuyó con edificios diseñados siempre pensando en quienes iban a disfrutarlos. El Colegio de Arquitectos le concederá, a finales de noviembre, el Premio Castelao en reconocimiento a su relevante trayectoria profesional y su compromiso vital con la profesión.
-Pocas zonas hay en Oviedo donde no se encuentren viviendas firmadas por usted...
-Sí, fueron muchos edificios y mucha vivienda subvencionada cerca de El Milán, en General Elorza, junto a la cárcel, en Santo Domingo, en San Lázaro, Buenavista...De este modo colaboré para resolver el problema de vivienda y eso es algo de lo que me siento orgulloso.
-¿Qué aportaciones hizo al diseño de los edificios de la época?
-En Oviedo se construía con una profundidad de 30 metros y eso hacía que hubiese mucha vivienda interior, algo que me parecía un disparate, así que reduje el fondo. También cambié el tipo de piedra del revestimiento, de la piedra gris con la que se estaba construyendo pasé a la caliza crema, que, en cierto modo, daba una mayor claridad. Y por primera vez en Asturias construimos viviendas con módulos prefabricados, que utilizamos para las torres de Otero. Lo cierto es que le di muchas vueltas a muchas cosas.
-¿Trató en algún momento de romper con el modelo anterior?
-No, soy más de evolucionar. En cierto modo se había hecho ya una ruptura con el modernismo anterior. A nosotros nos tocó ya meternos dentro de las distribuciones en si, dentro de la composición.
-¿De qué manera abordó ese reto?
-Lo que hacía en aquel momento era tratar de sacar el mejor partido a cada uno de los solares. Aprovechar el sol al máximo, la energía y organizar la vivienda de forma que tuviese los menores recorridos, menos pasillos, y que los usuarios no se sintiesen apretados, sino lo más expandidos posible en su interior. Esas son las líneas que tenía marcadas para la organización de mis edificios. En cuanto a los volúmenes trataba de conseguir algo que fuera estéticamente agradable. Son bastante singulares muchas veces, salvo cuando estaban entre medianeras.
-¿Y qué le movía a la hora de ponerse a trabajar en los diseños?
-Siempre pensé que el arquitecto debe ser el mejor administrador de los bienes del propietario. Eso es fundamental. Es decir, yo siempre tengo que estar pensando en el propietario que me encarga lo que es la obra y después en los que iban a disfrutarla. Para mi es fundamental.
-¿Y cómo era el proceso creativo?
-Imaginaba lo que quería hacer en tres dimensiones, las alturas, la profundidad, imaginaba cómo iba a quedar y después hacía los dibujos. Para el edificio de la plaza San Miguel hice hasta las perspectivas yo mismo, a mano.
-¿Qué usos le daría a la fábrica de La Vega?
-Todo lo que se haga debe ir encaminado a algo que genere puestos de trabajo y que ese trabajo genere producto. Eso es lo que hay que buscar. Elementos productivos.
-¿Y a los terrenos del viejo HUCA?
-Hay que estudiar las necesidades reales que tiene Oviedo y analizar qué podemos hacer que por si mismo se soporte y que además produzca.
-¿Se debe rehabilitar la plaza de toros?
-Creo que aquí los toros ya no tienen sentido, pero forma parte también de la historia de la ciudad y no se puede dejar caer. Merece la pena rehabilitarla, aunque antes habría que pensar para qué.
-Es inevitable preguntarle qué opina del Calatrava...
-El conjunto total, un disparate. Desde hacer desaparecer el campo del Oviedo... No soy partidario de las edificaciones espectáculo. Los edificios tienen que responder a una función de forma clara. Y no echo la culpa la arquitecto. Él hizo lo que le encargaron.
-¿Siempre quiso ser arquitecto?
-Con 8 años una maestra me vio dibujar y me dijo: «Oye 'Colás', ya que dibujas tan bien y te gustan tanto las matemáticas por qué no estudias arquitectura». Se me quedó grabado. Escribí a mi padre, que estaba en el exilio, diciéndole que me gustaría ser arquitecto. Volvió a España cuando yo tenía 14 años y dos años más tarde, cuando acabé el Bachiller y me preguntó de nuevo qué quería ser, le respondí que arquitecto. Así que en aquel septiembre nos fuimos a Madrid.
-Además de prepararse para ser arquitecto debutó con la selección de rugby...
-Jugué en el equipo universitario de Arquitectura, en el SEU y en el Atlético de Madrid y fui internacional con la selección castellana y la española. Competimos en Francia, Alemania, Bélgica, Portugal... Incluso me quisieron en un equipo francés, pero yo quería ser arquitecto, así que cuando acabé la carrera llamé a casa para contarlo y me vine como un tiro. Ahora estoy siguiendo por televisión el campeonato mundial y al Oviedo Rugby.
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