«Nos gustaría celebrar LibrOviedo al aire libre, en Porlier»

-Aún con resaca del Día del Libro, ¿podría hacer balance?

-El balance es muy positivo. Tanto a nivel de mi librería como del resto de libreros. Todos recalcamos que este año, nos resarcimos de no poder celebrarlo el pasado año por el confinamiento y este ha sido maravilloso. También creo que fue más la sensación de poder volver a ofrecer firmas, contacto con los clientes, el 10% de descuento..., ver las librerías llenas.

-En este estado de alarma, las librerías fueron declaradas servicios esenciales.

-Me gusta poder decir orgullosa que todas las librerías de la ciudad volvimos a abrir. Estamos muy contentos por volver a ser esenciales. Tanto tiempo en casa, la gente dedicó más tiempo a leer y, entonces con todas cerradas, se beneficiaron los grandes en detrimento de todas las librerías de barrio que no teníamos los mecanismos en condiciones para vender 'online'.

-¿La digitalización es uno de los grandes retos a los que se enfrentan?

-El inicio de la pandemia, con las medidas que todos conocemos, nos hizo parar, pero también pensar. Antes yo contaba con una página web, pero sin carrito para poder comprar. Ahora estoy preparada para poder vender mis productos si hubiera otro confinamiento futuro. Tuvimos que sacar la parte positiva, que es la modernización.

-Los 'ebook' y audiolibros aparecieron hace años como posible 'enemigo'. ¿Lo son realmente?

-No. En mis primeros años con la librería, sí hubo mucha gente que regaló por Navidad los 'kindle' para libros electrónicos, pero acabaron volviendo al papel. Por la comodidad, por poder venir a comprarlo y escuchar las recomendaciones del librero.

-Y también por poder compartirlo.

-Por supuesto. Los libros son algo que siempre se comparte. Y estoy totalmente a favor, aunque no nos suponga ingresos directos. Cuando a uno le gusta un libro, le gusta prestarlo. De hecho, una actividad que realizamos el pasado 23 de abril fue recopilar libros usados para regalar a todo el que fue en busca de un plato de comida a la Cocina Económica. Alimentar el cuerpo, pero también el alma.

-¿Cuál es el perfil mayoritario del consumidor de libros?

-Principalmente, personas mayores. Los mayores siguen siendo los más lectores. Y, en su mayoría, de novela. Pero también tengo el público más fiel de todos: los niños pequeños. Están en una edad en la que leen mucho y siempre están buscando aventuras.

-Porque luego, el adolescente se aleja de la lectura.

-Sí. Llega la preadolescencia y el móvil y no quieren saber nada de libros. Eso sí, existe en torno a un 15% de ellos que siguen leyendo libros de 'youtubers'. Luego, a los 22 años, vuelven a la lectura. Me alegra saber que se ha plantado la semilla y, aunque se alejen un tiempo, acaban volviendo.

-¿Los libros obligatorios en los colegios e institutos son los adecuados?

-Estoy totalmente de acuerdo con que leer es necesario. Y que les obliguen a leer también. Pero creo que no son acertados los títulos escogidos. Algunos libros que mandan en los centros me cuesta entenderlos a mí, ¿cómo va a leerlo un chaval de 14 años? Creo que deberían buscar opciones más atractivas para ellos.

-Tuvieron que cancelar en dos ocasiones LibrOviedo, pero con la vista puesta en celebrarlo en junio. ¿Es optimista?

-De momento, barajamos realizarlo a principios de junio. Todavía está todo muy en pañales, pero creemos que esta vez será al aire libre. Nos gusta el plan de llevarla a cabo en la plaza Porlier, con presentaciones en el Filarmónica. Esperamos poder confirmarlo muy pronto. Y queremos que haya mucha representación asturiana. LibrOviedo tiene que ser un escaparate de lo autóctono.

-¿Cómo prevé el futuro?

-Lleno de incertidumbre, pero los libreros ovetenses vamos a seguir luchando, no vamos a tirar la toalla.