Las grandes industrias de Trubia generan un millar de empleos y aspiran a doblar la cifra en un año

Santa Bárbara, filial de General Dynamics, es la gran baza de la localidad trubieca en empleabilidad y carga laboral. Con 389 trabajadores directos en plantilla más 80 provenientes de las Empresas de Trabajo Temporal y casi un centenar subcontratados para tareas de mantenimiento, la vieja factoría de armamento militar aspira a doblar sus números. En el horizonte de la multinacional está la construcción de las 348 unidades del novedoso blindado en el que se sustenta la modernización del Ejército de Tierra. Un proyecto que la empresa perdió en diciembre por no ajustarse a los requerimientos operativos, técnicos y económicos del Ministerio de Defensa, y en el que ha vuelto a colocarse como la principal opción, en asociación con Sapa e Indra. La última oferta presentada ya cuenta con el beneplácito de Margarita Robles y solo falta que la Dirección General de Armamento y Material dé luz verde. De lo contrario, la situación sería nefasta para la factoría.

Química del Nalón es el segundo gran nombre. La compañía, fundada en 1943 y actualmente uno de los principales productores europeos de coque de fundición, divide su actividad en dos ejes principales: los carboquímicos y el coque de altas especificaciones.

En Trubia, con una plantilla de 125 empleados, la Química destila cerca de unas 250.000 toneladas de alquitrán al año, que transforma en brea, naftalina y aceites, destinadas a otras industrias químicas y sectores. El coque de fundición, por su parte, lo desarrolla en la planta de Ciaño, en Sama.

Las cifras son sólidas. En los últimos diez años, la empresa, en conjunto, ha generado 1.238 millones de euros en ventas y 790 millones en aprovisionamientos y compras.

«Creamos empleos estables y con acceso a formación de calidad», manifestaron desde la empresa. «Hemos impartido más de 72.000 horas de formación en 10 años.

Con el acuerdo firmado con la Universidad de Oviedo, y el programa de Operador de Planta Química, en los últimos 10 años, más de 75 jóvenes se han formado con nosotros», celebraron.

Industrias Doy comenzó a producir coque de fundición en 1948. Actualmente, emplea a 76 personas y, con sus cuatro baterías, tiene una capacidad de producción anual de 125.000 toneladas que se destinan al sector de la automoción y del aislamiento térmico y acústico para edificios. Sus principales nichos de mercado se encuentran en Europa, el norte de África y América Central, y más recientemente Asia.

La perspectiva de mejora del rendimiento de Doy es ambiciosa. En este momento, la empresa maneja un plan de inversiones de 13 millones para la creación de una instalación específica de aprovechamiento energético para el autoabastecimiento de la planta y el tratamiento de los humos, que permitirá mejorar la calidad ambiental del entorno. Un proyecto que «iniciaremos este año y finalizará el primer trimestre del próximo 2021», anunció a este diario el gerente de la factoría, Bruno Pedregal, y que «garantizará la viabilidad de nuestra actividad para los próximos quince o veinte años», auguró. Además, «esta inversión supondrá un incremento del empleo de entorno del 10%», con una decena de contrataciones.