La gran transformación de la Universidad con la unión de sedes, nuevos grados y un plan director

Por partes. El presidente del Principado, Adrián Barbón, y el alcalde, Alfredo Canteli, constituyeron hace una semana la comisión bilateral para reordenar los terrenos del viejo HUCA. Se trata de un grupo de trabajo que llega una década después del traslado de los servicios sanitarios a La Cadellada y que nace con dos objetivos: comenzará el próximo año el derribo de los edificios insalvables –el contrato saldrá a licitación por 7 millones de euros– y la reconversión de las antiguas sedes de Maternidad, Consultas Externas y Silicosis en facultades para permitir la unificación de las sedes judiciales en los alrededores de Llamaquique.

Un tetris, tal y como lo define Barbón, donde clave es el papel de la Tesorería General de la Seguridad Social, propietaria mayoritaria de los terrenos de El Cristo. El Rectorado envió en noviembre la solicitud de cesión de los tres inmuebles, pero por el camino ha habido problemas por culpa de los caminos y zonas verdes; la situación requirió de una aclaración por parte de la Universidad y las partes están a la espera de la decisión final del Ministerio de Inclusión.

Si llega la aceptación, la Universidad entrará a formar parte de la comisión creada hace una semana y se pondrían en marcha todos los planes anunciados por Barbón en septiembre de 2022. Por un lado, las facultades de Formación del Profesorado y Ciencias –ambas en Llamaquique– e Ingeniería de Software –en el campus de Los Catalanes– abandonarán sus sedes para pasar a El Cristo y sus edificios se transformarán en sedes judiciales.

Unos planes que se ejecutarán por fases. La primera será aglutinar en Ciencias la Audiencia Provincial. La segunda será llevar al edificio de Formación Profesorado y Educación las oficinas de desahucios, de atención a las víctimas de actos violentos, la junta electoral y crear aulas de formación, un salón de actos y «esa ansiada sala para celebrar 'macrojuicios'», según la petición del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA), Jesús Chamorro.

Tanto la Universidad como el poder judicial urgen al Principado poner en marcha estos planes aunque fechas, por el momento, no hay. Todo depende del gobierno de Pedro Sánchez. Otro interrogante es cuánto costará la operación. La inversión se prevé bastante cuantiosa porque antes de cometer la mudanza hay que transformar las clases en juzgados, despachos y salas de vista. También reformar las deterioradísimas consultas y habitaciones de los tres edificios –son víctimas a diario de robos– en aulas y despachos para los profesores.

Aunque está pendiente la decisión de la Tesorería, el primer paso para llevar a cabo esta planificación ya se dado por parte de la Universidad con la contratación de los estudios previos; un proceso que salió a licitación en septiembre y cuya formalización se está enquistando por culpa de los escritos presentados ante el Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales.

Pendiente de salir a concurso están los planes del rector, Ignacio Villaverde, de dejar el Edificio Histórico para actos meramente protocolarios. Su objetivo –está por ver si también es compartido por su contrincante en las elecciones de la próxima semana. Juan Manuel Cueva Lovelle– es llevar el pabellón de gobierno a Minas después de que este edificio quedase en septiembre libre sin la mayoría de los usos. Los estudios fueron, en contra de la opinión de la dirección del centro y del Ayuntamiento, fusionados en el campus de Barredo, en Mieres.

En la calle Independencia seguirán servicios como despachos, la Defensora del Estudiante o el Consejo de Estudiantes. No obstante, antes de transformar el resto hay otra prioridad. La Escuela de Minas es uno de los 3.460 edificios con amianto en Oviedo, según el censo hecho público por el Ayuntamiento hace un año y donde al mismo tiempo se encuentran los edificios del antiguo HUCA.

Seis edificios protegidos tiene la Universidad de Oviedo en pleno casco antiguo. Al Edificio Histórico –data de 1608– se suma el colegio de Santa Catalina –de mediados siglo XVI– en la calle San Francisco; la facultad de Psicología –mediados siglo XVI– y el ala de servicios técnicos de la plaza Feijóo –siglo XIX–; el palacio Bernaldo de Quirós Benavides –segunda mitad del siglo XVII–en la plaza de Riego; y la secretaría general –de 1909– en la calle Principado esquina Suárez de la Riva. Sobre su estado de conservación, el arquitecto Víctor García Oviedo ha hecho un plan director determinando que ninguno presenta problemas graves y propone que Psicología sea llevado a El Cristo dejando este bien para usos administrativos.

A todo ello se suma la creación del grado de Deportes junto al doble grado de Derecho y Criminología. Nuevos tiempos para la Universidad de Oviedo.