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El Cortijo fue una de las primeras calles comerciales de La Corredoria y hoy en día se agrupan varios comercios, algo que no ocurre en otras zonas de un barrio que no ha parado de crecer en los últimos tiempos, hasta los 20.000 vecinos censados. La vía va desde la conocida plaza de los Cuatro Caños, «centro neurálgico de La Corredoria» hasta la calle Maestro Don Marciano; por ello, es una de las más transitadas de la zona.
Cuando Begoña Esteller decidió abrir Chimeleta Calzados en El Cortijo «esta era la única calle comercial en toda La Corredoria», recuerda. En la actualidad destaca que es «por la que más gente pasa», principalmente porque «es donde está Correos, los bancos y hay una concentración de comercios que no la hay en el resto del barrio».
Esteller tiene claro que si alguien quiere poner un negocio en La Corredoria esta es la calle indicada; sin embargo, lamenta que «aquí la gente no tiene la mentalidad de comprar en el comercio de barrio, desgraciadamente para el pequeño comercio; son más de centros comerciales».
Un poco más abajo, en la acera de enfrente, se encuentra otro de los negocios más longevos de la calle, el kiosco Ankara. Tras su mostrador está Concepción Manso: «Cogimos el kiosco el 1 de septiembre de 2005 porque lo tenía un amigo que se marchaba y nos lo ofreció», recuerda. La calle ha cambiado mucho, «antes era gente mayor y empezó a venir gente más joven, matrimonios jóvenes con críos». Esto hace que la calle tenga «más vida», aunque antes se vendía más». «La gente era más mayor y compraba aquí, ahora la gente joven compra por internet y en grandes superficies», lamenta.
Aún así, Manso considera que se trata de una zona en la que hay mucho tránsito porque «para cualquier cosa tienes que pasar por aquí, para ir a los bancos, al autobús, al tren y cuando monten el mercado, también para ir a él», afirma. La plaza de los Cuatro Caños «es el centro neurálgico de la Corredoria». Finalmente, destaca lo bien que le viene a la zona el parking de caravanas que han puesto en la calle Antonio Moyano, «porque trae mucha gente».
Nerea Fernández lleva trabajando en La Pandiella desde 2021 y afirma que a nivel comercial la calle «es de lo más céntrico de La Corredoria». Una zona a la que principalmente acuden los vecinos: «El 80% de la gente es del barrio, luego viene gente de fuera especialmente por los productos», y es que esta panadería tiene una gran variedad de productos artesanos, asturianos y sin gluten, entre otros.
Fernández destaca que «se nota el parking de caravanas porque viene mucha gente de fuera», y es que es una calle por la que pasa mucha gente, aunque también «tiene mucho coche».
Marta Álvarez lleva muchos años en la mercería, aunque como dueña lleva desde marzo. Antes era la Mercería de Katy y cuando la dueña se jubiló, ella cogió el traspaso «por la continuidad del negocio y porque ya teníamos clientes fijos». Opina que esta es sin duda la calle más comercial de La Corredoria: «Está todo, las fruterías y los bancos». De hecho, «el alquiler está más caro y es un local pequeño», afirma. «A lo mejor en otras calles encontrabas algo un poco más grande y más económico, pero la situación es lo importante».
Cuentan con una clientela muy variada, desde chavales hasta gente más mayor y desde su punto de vista «ahora hay mucha más gente y más demanda a nivel pequeño comercio, porque la gente vive, se mueve y trabaja, no es tanto ciudad dormitorio como era antes», concluye.
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José A. González y Álex Sánchez
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