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ROSALÍA AGUDÍN
Jueves, 14 de febrero 2019, 02:59
El alcalde, Wenceslao López, confesó hace un año tener la «conciencia tranquila» por la labor que el Ayuntamiento había hecho «a nivel humano y laboral» tras el fallecimiento de Eloy Palacio, el bombero que perdió la vida durante el incendio que ... devoró el edificio 58 de la calle Uría y dañó el 25 de Melquíades Álvarez el 7 de abril de 2016. Se proporcionó, según apuntó por aquel entonces, un «trato exquisito» a la familia. Un extremo que ayer el hijo mayor de Palacio, públicamente. Lo hizo durante la inauguración de la estatua en homenaje al bombero, realizada por un compañero, y situada en la rotonda de acceso a Rubín. Al acto acudieron concejales de todos los grupos municipales con el regidor socialista a la cabeza.
David, vistiendo una camiseta con el lema 'Yo soy Eloy', fue ayer el representante y la voz de la familia. No acudieron ni su madre, Marta Valle, ni su hermano pequeño, Luis. Sus palabras enmudecieron al público -entre los que se encontraban parte del cuerpo de Bomberos- . Sin tapujos, mostró su decepción tanto con el alcalde como con el concejal de Seguridad Ciudadana, Ricardo Fernández. «Gracias, porque la familia ha quedado destrozada y desasistida y durante el largo proceso judicial en ningún momento ofrecisteis ayuda ni una salida honrosa», dijo.
La falta de colaboración, según añadió, comenzó el «maldito» día del incendio. Tanto él como su madre se trasladaron al edificio de Seguridad Ciudadana, en Rubín, al enterarse de que había habido un accidente mortal durante las labores de extinción. Estuvieron «dos horas» dando vueltas de forma «desesperada» por un pasillo hasta que les comunicaron la terrible noticia. Fue entonces cuando rogaron ir a su casa. Querían ser ellos quienes les comunicasen al resto de allegados lo que había pasado pero el vehículo pedido tardó en llegar. «Mi hermano se enteró por la tele de que se había quedado huérfano. Había comenzado el 'trato exquisito' del Ayuntamiento».
Recordó que al día siguiente comenzó una batalla judicial que aún hoy perdura. No les ofrecieron, añadió, ayuda para resolver «el tortuoso papeleo legal» iniciado con la recuperación del cadáver del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses: «Gracias por no habernos ofrecido la Casa Consistorial ni ninguna dependencia municipal para rendirle homenaje; y con vuestra colaboración los juzgados dictaminaron que mi padre incurrió en una insubordinación, exceso de celo e imprudencia temeraria».
La familia lucha en la actualidad por cobrar una indemnización cercana a los 400.000 euros. Han llevado la causa al Tribunal Supremo. Hasta el momento solo han percibido los 18.000 euros de la póliza que por aquel entonces tenía en vigor el Ayuntamiento. Fue entonces cuando el Consistorio se dio cuenta «de que llevaban mucho tiempo sin hacer su trabajo y tenía sin actualizar, desde hacía ya muchos años, la cantidad que establecía la indemnización». «Gracias a esta muerte se decidió subirla hasta 40.000 euros. 40.000 euros para todos menos para mi padre, que ya estaba muerto».
Prosiguió diciendo que uno de los actos que siempre quedará grabado en la memoria de la familia fue el día en se distinguió a Eloy con la medalla de oro de la ciudad a título póstumo. Fue un evento «hermoso» después «traicionado en los juzgados». «Gracias por utilizar a la aseguradora del Ayuntamiento no para proteger al trabajador fallecido, como sería lógico»
David cerró su intervención preguntándose si su padre fue un «insubordinado», «impudente» y «temerario» funcionario, y para rechazarlo reprodujo una grabación del día del incendio: Eloy recibía la llamada de teléfono de una compañera para pedirle ayuda porque se había desatado un incendio «gordo» en la calle Uría. Él no dudó ni un segundo en decir que allí estaría, a pesar de que estaba en su día de descanso, como se escuchó. Acto seguido, telefoneó a su mujer para decirle que iba hasta Oviedo y que a la hora de comer regresaría a casa. Fue la última conversación que mantuvo con ella.
Tras estas palabras que clausuraban el acto, el alcalde junto a los demás concejales socialistas abandonaron la glorieta sin mediar palabra. Previamente, López había calificado a Palacio como «un gran servidor público que perdió su vida en acto de servicio» . Asimismo el autor de la escultura, el también bombero Jesús Antonio Alonso, 'Chus', destacó que esta obra no es solo por Eloy sino también por los otros «cuatro bomberos» de Oviedo fallecidos posteriormente.
El acto fue transmitido en directo por las redes sociales del Ayuntamiento y a media tarde el Partido Popular con Gerardo Antuña a la cabeza criticó que el vídeo se «había eliminado».
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