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2024 será el año en que Oviedo termine de explotar turísticamente. La capitalidad gastronómica actuará como la piedra angular y argamasa de un curso que se inicia desde una posición ventajosa de salida gracias a la consecución en el recién finalizado 2023 de la meta histórica del millón de pernoctaciones -a falta de la confirmación final de la Encuesta de Ocupación Hotelera del INE-, y para ello la ciudad ya ha comenzado a vestirse de gala. El nuevo año le trae una nueva imagen al Bulevar de la Sidra de Asturias. La calle Gascona, una de las principales zonas de ocio chigrero de la región, acogió ayer la inauguración de las grandes letras de más de tres metros de alto con las que desde ya mismo se da la bienvenida a locales y turistas a la calle de las sidrerías por excelencia y al casco histórico ovetense.
Al acto, en el que la nota musical se encargó de suministrarla la Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo, acudieron representantes de la Asociación de Sidrerías de Gascona, encabezados por su presidente, Pedro Caramés, el alcalde de Oviedo, Alfredo Canteli, y el concejal de Hostelería y Turismo, Alfredo García Quintana. En palabras del primero, no hay lugar a dudas sobre el futuro de la ciudad en materia turística. «Se están dando los mimbres para que este 2021 se cumplan las expectativas más altas en cuanto al turismo en Oviedo tanto por lo que respecta a medios de comunicación, vuelos internacionales, el AVE y ahora este título de capitalidad. Tenemos unas expectativas muy altas que yo creo que se van a cumplir», aseguró, instantes después de brindar con un culín de sidra en la vorágine de confeti y chispas que se lanzaron para presentar las letronas.
De cuatro metros de ancho y unos tres de alto, el nuevo símbolo de Gascona está fijado al suelo, pero con las letras elevadas y vanos entre ellas a través de los que se puede pasar, para que en la foto que se hagan los turistas aparezca tanto la marca del Bulevar como las sidrerías, al fondo. Eso, en la parte superior de la calle, justo en su unión con la calle Jovellanos. También se han instalado otras, de 1,70 metros de altura, en la parte baja, en la conexión con Víctor Chávarri; y se han colocado otras idénticas sobre el tonel que da entrada a la calle. Obra del arquitecto lavianés Julio Valle en colaboración con su hija María, su color se asemeja al de la sidra y buscan convertirse en un hito visual del ocio chigrero en Oviedo.
A juicio de Caramés, después de años de trabajo conjunto con el Ayuntamiento para dotar a la zona de un símbolo reconocible, «estamos encantados de regalar esta obra de arte a todos los ovetenses y respondemos así a una demanda de todos los clientes y turistas que nos visitan». ¿Cuál? En la «generación del 'selfie'», como él mismo la califica, «parece que si no retratas el lugar en el que estás es que no has estado». Por eso Gascona, «que nació cuando no había teléfonos móviles ni existían las redes sociales», entra ahora «en esa modernidad». Máxime, continuó el chigrero, en un año clave para el turismo en Oviedo gracias a la capitalidad gastronómica. «Es un título que tenemos que trabajar y responder con propuestas al visitante para que sea atractivo venir a Oviedo y estamos trabajando en ello». Así, anunció que ya están ideando unos nuevos paquetes turísticos en los que se ofrezca tanto disfrutar de la gastronomía y la sidra asturianas en Gascona como visitar los museos y el prerrománico ovetense.
Según el regidor, «estas letras o letronas marcan una ruta muy importante en Oviedo». Tiró de ironía al decir que «muchas veces, los turistas preguntan por Gascona primero y después por la Catedral», por lo que se trata de algo «importantísimo para Oviedo», y además en un contexto clave. «Que Gascona crezca, desearles que apoyen mucho a la gastronomía, que den gastronomía de calidad y que los que vengan a Oviedo marchen hablando bien de Oviedo», manifestó, para añadir a renglón seguido que «estoy seguro de que vamos a estar a la altura para que Oviedo siga creciendo». Una ciudad que está «llena de gente» y «con más turismo que nunca», y a la que en este momento «ya no la para nadie»; y una ciudad, concluyó Canteli, cuyo objetivo ahora es llenar el calendaria anual de actividades culturales y deportivas complementarias a la capitalidad gastronómica, y, «aunque sea muy difícil, ir a por el millón y medio» de pernoctaciones.
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