El gaitero del Rey

José Manuel Fernández Gutiérrez (Oviedo, 1972) es afable, guasón, trabajador, amante de la música por encima de todo, gaitero, saxofonista, compositor y «toco algo la guitarra y el piano»; pero, sobre todo, es un optimista compulsivo. El tarro está siempre lleno pese a los sinsabores que le depare la vida.

De «neno» jugó en La Argañosa, donde de vivía con sus padres José Manuel, albañil; María Teresa, ama de casa, y su hermana, Alicia. Estudió en el colegio de San Pedro de los Arcos y jugaba en el patio de Hermanos Llana. «Los amigos de la niñez siguen ahí aunque ya nos vemos un día al año para comer o cenar. Tenemos un grupo de Whatsapp».

Al volver de Andorra y a la vista de que el chaval ya tocaba, su abuelo le dijo que «'mejor tocaba la gaita' y me fui a comprar una con el gaitero Nicanor González, de Columbiello (Pola de Lena), a Musical Arévalo y al día siguiente a su casa para que me diera mis primeras clases».

Lo suyo con la gaita fue un amor sin preaviso y sin vuelta atrás. «A los 17 años empecé a trabajar como delineante. No pagaban mal y el horario era cómodo pero a los siete días me despedí y cuando le dije al jefe que me iba para tocar la gaita se carcajeaba». Eran los años 80.

«Pedí un crédito de 110.000 pesetas (algo menos de 700 euros pero mucho dinero para la época) y me compré cuatro gaitas para dar clase. Cuando se lo conté a mi padre casi se tira por la ventana. Tardé muy poco en pagar el crédito porque ahí comenzaba el boom de la gaita».

Poco después, los profesores en Asturias estaban contados: Vicente Prado 'El Pravianu', Hevia, Barillas, Xuacu Amieva, Manolo Quirós y 'Guti'. Se hartó de dar clases y se centro en la zona de Oviedo. Ahora es maestro de gaiteros y «tengo alumnos que ya son maestros e, incluso, alumnos de esos maestros que ya son maestros». Un ejemplo de alumna es Mana Ando, una japonesa que llegó a Oviedo como traductora de un campeonato de kárate, «me vio tocar y quiso aprender. Venía quince días al año. Tocaba muy bien».

Más tarde le llamaron para dirigir, al alimón con 'El Pravianu', la ahora Real Banda de Gaitas Ciudad de Oviedo y el trabajo en la Escuela Municipal de Música Tradicional, donde pasa muchas jornadas dando clases, organizando y componiendo. Hizo el grado de Ciencias de la Música y el saxofón y profesional de gaita. Tiene dos hijos, Gerardo (gaita) y Covadonga (tambor), que tocan en su banda de gaitas. José Manuel Fernández Gutiérrez, el que levanta el brazo en el Campoamor para iniciar el himno de Asturias cuando los Premios Princesa. Por eso fuera del Principado le conocen como el gaitero del Rey.