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M. ACEBAL / J. C. ABAD
OVIEDO.
Domingo, 6 de agosto 2017, 02:02
Es vox populi que los modernos estadios deportivos son las catedrales del siglo XXI. Lugares de peregrinaje y adoración de ídolos varios. En Oviedo se pretendió otra religión y donde se asentaba el recoleto campo de fútbol del Carlos Tartiere se elevó el «grandioso» y «espectacular», según lo describió el alcalde de la época, Gabino de Lorenzo, complejo diseñado por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava. Se proyectó un tres en uno: un centro comercial, un hotel y el Palacio de Congresos.
Nació con muchas pretensiones y no ha logrado dar a la ciudad el impulso esperado. Hace dos semanas una de las franquicias de Inditex de moda joven, Pull and Bear, cerró su negocio en el centro comercial Modoo, antes espacio Buenavista. El año pasado emigraron Massimo Dutti y Zara. Una fuga constante que deja en apenas cuarenta los locales abiertos, frente a los 126 (de un total de 146) con actividad hace casi una década. Solo quedan en pie, del grupo de Amancio Ortega, Oysho, Stradivarius y Zara Home. Firmas grandes, al igual que otros 'salvavidas' como Primark, H&M, Benneton, Springfield o Women Secret, por citar algunos, que conviven con otras cadenas a nivel nacional y locales de marcas comerciales de menor tamaño.
Algunos espacios han cambiado casi tanto de uso como su propiedad: JLL es la empresa que ha heredado el complejo de la mano de Alpha Real en 2014, después de que Multi Development e ING lo pusieran en venta.
Ante el silencio de sus actuales gestores para explicar las razones, un paseo por las galerías es igual de revelador. Las instalaciones se inauguraron el 4 de marzo de 2008, a la espera de la apertura del Palacio de Congresos, su gran esperanza para alcanzar el máximo funcionamiento del complejo. Entre medias surgieron problemas, algunos previsibles, otros no tanto. Entre los primeros, el traslado del Hospital Universitario Central de Asturias a La Cadellada en 2014, dejando sin previsión ni vida el barrio donde se levanta el Calatrava. También han surgido dificultades económicas y judiciales, aun pendientes de resolverse definitivamente. En septiembre el Supremo sabrá si admite los recursos pendientes y el Ayuntamiento se verá en la tesitura de pagar de 0 a 96 millones de euros. Para empezar, 18 de la liquidación de 2011 más los intereses.
Pero, ¿qué hacer con una infraestructura pensada en plena burbuja y solo para la burbuja? Difícil. Los 10,3 millones de euros del proyecto Edusi recibidos por el Ayuntamiento de Oviedo de la Unión Europea hablan de un modelo de gestión urbana sostenible. De economía círcular, desarrollo contenido y de preservar las capas de cultura e historia que construyen las ciudades antes que los edificios que en ellas se levantan.
En las inmediaciones del 'cangrejo' también hace frío. En el espacio delimitado por Fuertes Acevedo, Hermanos Pidal, Avenida de El Cristo y Flórez Estrada el paisaje urbano está salpicado de locales, bajos comerciales desiertos. Los reclamos en las plataformas inmobiliaria oscilan entre 300 euros a los 1.000 de alquiler mensual.
La crónica de la inauguración del centro comercial hablaba de que los «40.000 metros cuadrados de superficie del recinto nacen con vocación de convertirse en pilar fundamental del desarrollo económico, cultural y social de la ciudad». Y contaban con «el sello y la genialidad del arquitecto más prestigioso y polémico de España», premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1999.
Polémico fue, sin perjuicio de lo anterior, cambiar el Plan de Ordenación de la ciudad y la ley de centros comerciales del Principado para que cuadraran las cuentas del proyecto. En el gemelo de El Vasco, sin embargo, a Jovellanos XXI le echaron para atrás algo similar en la vieja parcela de la estación.
En septiembre se cumplirá el décimo aniversario de las dependencias de la consejerías. En marzo, el del centro comercial. Desde el Ayuntamiento ponen cara de póker al afirmar que lo único que pueden hacer por el Modoo es apoyar cuantas iniciativas tenga para generar empleos y actividad. Rubén Rosón, concejal de Economía, se agarra a sus números. Los del Palacio de Congresos y poco más: «Nos comprometimos a elevar la cifra de eventos y congresos. En el año 2014 apenas pasaban 10.000 personas por el Calatrava y en 2016 fueron 60.000», afirma.
Otros proyectos de futuro que barajan desde el Consistorio es mover a las empresas a consolidar desde el Talud de La Ería y crear un nuevo espacio de economía colaborativa en las dependencias del palacio. El Ayuntamiento se compromete a eso y a «pagar los gastos mancomunados del propio Palacio de Congresos, hotel, centro comercial y aparcamiento». Con los problemas que acarrea. Las aseguradoras, cada vez que se rompe algo, miran para otro lado.
Mientras tanto, en la calle hay varias interpretaciones sobre qué ocurre para ese éxodo en el centro comercial: «Las tiendas necesitan un gran volumen de ventas para equilibrar el alto alquiler y otros gastos», valora Rubén Villalba, clienta del centro comercial. Para Adolfo Secades, en la marcha del HUCA está la razón de continuo éxodo: «Desde el cierre del hospital la afluencia de gente es mucho menor», asegura. Consolación García-Mouriño incluso se atreve a dar una idea, que el Ayuntamiento llegó a plantear en su día «Unos cines darían mucha vida a esta zona, ya que la gente, al ir, aprovecharía para comprar y comer allí», expone.
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