«Foncalada es una calle muy completa»

Al poco de empezar la calle, se encuentra Calzastur, tienda de reparación de calzado que lleva treinta años atendiendo al público con Julio Martínez al frente. Entró en este «mundillo», como dice él, gracias a un amigo y desde entonces no se ha movido. «Soy un negocio de toda la vida y voy muy bien de clientes, aunque sí que es verdad que en los últimos diez años he bajado», confiesa. Lo vincula a que ahora la gente compra antes que reparar; aunque Foncalada en sí «es una calle céntrica que sigue teniendo volumen de negocio».

Para Sara Rodríguez, dueña de El Costurero de Sara, local de arreglos de ropa, las oportunidades llegan a veces sin pensarlas. Después de años de estar trabajando como dependienta, le empezó a gustar la costura. «Hice Corte y Confección, pero no salía trabajo. Así que con la formación y experiencias que fui recogiendo decidí a arriesgarme para tener un taller», declara. Y resultó: casi once años lleva cosiendo en una calle y se siente «muy agradecida» al público, aunque a veces pueda ser difícil. «Foncalada es una calle muy completa, hay de todo lo necesario. Supermercado, floristería, locales para mascotas o por si quieres salir...», resume. Por ello, añade, no se movería a no ser que fuera «a fuerza mayor».

A unos metros de distancia, en la barbería y peluquería El 13, el peluquero Roberto Vázquez atiende feliz a un cliente mientras otros dos esperan su turno. Con 28 años de experiencia a sus espaldas, hace cinco decidió «trabajar para él mismo» y abrir un negocio en la calle Foncalada, la cual considera que es «de las mejores de todo Oviedo para abrir un comercio». «Esta calle es mucho más comercial que Uría, en relación calidad-precio. Estás a 150 metros de ella y pagas una cuarta parte de lo que podrías pagar allí en un local. Yo de aquí no me muevo», asegura. De hecho, su negocio ha superado la «mala suerte» que había en su local anteriormente, donde «hubo de todo pero ninguno duraba más de un año, en cambio llego yo y ya voy por el quinto», declara feliz.

Si es por tradición, Mercapin, local de pinturas, es «de los más antiguos de la calle Foncalada». Desde 1987 lleva atendiendo tanto a ovetenses como a gijoneses, a estos en su segundo local en Gijón, este negocio familiar y ya va por su cuarta generación. «Mi abuelo fundó una fábrica de pinturas y mi padre también. Yo soy el tercero y fui el que quiso abrir una tienda; mi hijo es el que está en Gijón», dice Juan José Cano al otro lado del mostrador.

Acabar en Foncalada fue «por casualidad» después de haber estado buscando «un lugar céntrico y que tuviera una buena zona», por lo que hace 36 años abrieron al público y desde entonces no se han movido. «El negocio va bien, estamos bien situados y aquí seguimos. No, yo no me iría», afirma Cano. Su antigüedad es lo que ha conseguido que se convierta en el negocio de confianza de muchos.