Festejos suma seis días a San Mateo para ganar un tercer fin de semana de conciertos

Las actividades, tal y como estaba previsto, arrancarán el viernes, 11 de septiembre y finalizarán el domingo, 27. De esta forma se ganará un tercer fin de semana para encajar la programación musical y se pondrá el broche final con la romería del Cristo en el parque del Truébano. La previsión, en un principio, antes de la pandemia, era que acabase el día grande, el 21.

Mientras en Gijón se sigue adelante con el festival Metrópoli, que se celebrará entre julio y agosto con un aforo más reducido que otros años, aquí se ha optado por suspender algunas actividades tradicionales para evitar aglomeraciones. Eso sí, se mantienen conciertos, que se harán este año en recintos cerrados, como es el caso del Auditorio, el concurso de rock Alejandro Blanco Espina, que se realizará en salas de fiestas, y los actos religiosos. También la romería del parque del Truébano.

Pero pocas cosas serán iguales a las del año pasado por culpa del coronavirus. En los recitales los habrá de pago y gratuitos, pero en ambos casos se deberá tener entrada para acceder a las instalaciones. Así se tendrá un control del aforo: «Creemos que esta es la manera más responsable y sensata de actuar en esta época de crisis», defendió ayer la edil de Festejos durante la presentación de la programación estival del programa Doce17 en el salón de Plenos.

Los barrios, prosiguió, se quedarán sin conciertos, pero a cambio tendrán actividades infantiles. Se harán simultáneamente en «cuatro o cinco» zonas aún por determinar, aunque ya se han citado a modo de ejemplo el Truébano, La Corredoria o la Losa.

Una de las cosas que ya están claras es que el presupuesto será muy similar al del año pasado. En 2019 se destinaron 1,2 millones y la rebaja de este será de 100.000 euros, aunque la intención de Festejos era gastar mucho más. «De 2,3 millones nos quedaremos en 1,1» porque se ha tenido que ceder buena parte de sus recursos para la «bolsa común» con la que el equipo de gobierno financiará su plan para la recuperación tras el primer impacto de la pandemia.

Tras decidir cuál será el modelo de fiestas que se desarrollará, ahora lo que queda es concretar. Los nombres de los artistas que actuarán, por el momento desconocidos. La pandemia ha retrasado todos los planes y eventos. Fuentes del equipo de gobierno indicaron ayer que los técnicos de Cultura, por ejemplo, están aún cerrando en la actualidad la programación de verano. Se presentará en los próximos días. Solo después, se detallará el resto.

Tampoco están cerradas las ayudas que se darán a los hosteleros para compensar las pérdidas por la suspensión de parte de la programación mateína. El servicio de Licencias está estudiando varias fórmulas, como la instalación de barras exteriores, pero en todo momento primará el distanciamiento social: «Estamos barajando darles más servicio, pero guardando siempre todas las medidas de seguridad», señalaron desde la concejalía.

Ayer fue un día en el que San Mateo estaba en boca de muchos. Se esperaba que las fiestas no fuesen iguales a las de otros años por culpa de la pandemia, pero no fue hasta el jueves cuando se concretaron los cambios. Desde el PSOE con los detalles avanzados se pidió un cambio de planes. Quieren, según detalló el edil Diego Valiño, que no haya actividades de pago para que todos puedan disfrutar de San Mateo: «Se debe desarrollar una programación pública. Con conciertos gratuitos».

Somos, por su parte, critica que el Ayuntamiento no tenga «un plan alternativo» ante un escenario que era previsible desde marzo. «Mientras otros ayuntamientos cercanos están programando actividades musicales y festivales, en Oviedo se habla de cancelaciones y recortes de presupuestos sin más», según Anabel Santiago.

Cristina Coto, de Vox, afirmó que lo primero «es la salud» y a partir de ahí pidió cambios. «Se van a producir ahorros importantes en el presupuesto y sería bueno buscar fórmulas de menor coste».

Por otro lado, La Folixaria criticó ayer que el equipo de gobierno haya tomado la decisión de no instalar los chiringuitos de forma «unilateral» y piden «diálogo» entre ambas partes para solucionar la situación: «Se pueden buscar alternativas responsables», concluyeron.