G. D. -R.
OVIEDO.
Domingo, 19 de enero 2020, 01:43
Las oficinas de las consejerías del Principado, situadas en las alas del complejo de Buenavista diseñado por Santiago Calatrava, sufren problemas de humedades especialmente notorios en episodios de lluvias intensas con el agua filtrándose entre los paramentos. El Principado encargó un análisis ... de la situación y la suficiencia del sistema de evacuación de pluviales a una consultora en 2018, pero desde el estudio de Zurich del arquitecto, ingeniero y Premio Príncipe de las Artes apuntan a una causa más sencilla: falta de mantenimiento. En una visita al edificio, comprobaron que las plantas crecían en las juntas del solado y entre las losetas de la cubierta. Algunas, tan agresivas y de rápido crecimiento como el plumero de la Pampa. La presencia de plantas, junto a restos de suciedad -trapos, plásticos y materia orgánica- obstruían también las rejillas y parte de las bajantes y afectaban a la lona asfáltica en algunos puntos.
Publicidad
Así lo constató el estudio del valenciano durante una visita, en mayo de 2017, en compañía de técnicos tanto del Principado como de la compañía constructora. La conclusión, señalan las mismas fuentes, fue que la suciedad acumulada en los canales de desagüe, ya entonces, presentaba un notable riesgo de producir acumulaciones de suciedad en las bajantes que inevitablemente conllevarían atascos en el interior del sistema de pluviales del edificio provocando goteras y filtraciones al interior del edificio.
Los trabajos de Santiago Calatrava tienen una relación complicada con el agua, que desde su estudio señalan como inmerecida. Los resbalones en la pasarela sobre la ría de Bilbao son achacables, por ejemplo, a que parte de los vidrios del suelo de cristal de la misma fueron dañados por actos vandálicos en los años aún de agitación callejera abertzale. El ayuntamiento del bocho sustituyó los paneles dañados por vidrios con otras características que no eran las del proyecto y, cuando comenzaron las quejas por los patinazos cuando llovía, decidió echar arena de sílice, lo que dañó el tratamiento de los vidrios originales y causó más resbalones. Incluso las imágenes de cubos y goteras en The Oculus -el impresionante intercambiador de transporte construido por el valenciano bajo el nuevo World Trade Center de Nueva York- son ajenas a su trabajo y tan solo se produjeron un día como consecuencia de una filtración desde las obras de los edificios colindantes que aún estaban sin completar. La autoridad portuaria de Nueva York, propietaria de los terrenos y promotora de las obras, así lo reconoció en su informe sobre las incidencias.
3 meses por solo 1€/mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.