Las facultades de Ciencias y Educación respaldan su reubicación en El Cristo ante la falta de espacio

«Ya lo hemos dicho en reiteradas ocasiones, en esta facultad a pesar de los dos edificios ni tenemos espacio ni las condiciones necesarias para los estudios ni para la investigación», evidencia el decano de la facultad de Profesorado, Celestino Rodríguez. Gestiona un centro saturado con 2.300 alumnos y 300 profesores a los que añadir las restricciones impuestas por la covid.

«Nosotros estamos completamente de acuerdo en reubicarnos, eso sí, sin perder la identidad de la facultad», añade Rodríguez advirtiendo que un traslado a El Cristo -espacio donde la Universidad aspira a ganar metros disponibles- necesitará «diálogo y consenso» con las escuelas afectadas. «El proyecto nos tiene que hacer mejorar en cuanto a la disposición para la docencia, despachos, laboratorios, gimnasios...», sostiene. «Todo aquello que realmente necesitamos porque no vamos a salir de un sitio para ir a otro a ciegas», explica.

La propuesta del presidente del órgano judicial, Jesús María Chamorro, concluye que lo ideal para reagrupar las sedes judiciales dispersas en Oviedo sería disponer de los actuales edificios de Educación y Ciencias en Llamaquique en cuanto estas se mudaran a El Cristo. Para ello cuenta con la connivencia de la Universidad, que necesita ganar espacios para las citadas facultades y ocupa una pieza fundamental en el futuro de la reordenación urbanística de El Cristo-Buenavista.

Pero, bajo la perspectiva del decano, existen problemas. «Los edificios tendrán que adaptarlos, hacer obra, tiene humedades...», advierte acerca de una planificación de espacios que con el añadido de la pandemia han quedado desfasados para su fin primero, el docente.

José Manuel Noriega, decano de la facultad de Ciencias, coincide con su homólogo de la facultad de Educación. «La necesidad de disponer de nuevas instalaciones la pusimos de manifiesto a los dos candidatos al rectorado (Santiago García Granda e Ignacio Villaverde)», desvela. «La única propuesta en firme es El Cristo pero es a largo plazo. Nuestra preocupación es que no aguantamos más. Necesitamos una salida parcial, aunque sea», explica acerca de la necesidad de una nueva facultad que dé cobijo a los cerca de 700 estudiantes y profesores que se desempeñan en la actual de Calvo Sotelo.

«No podemos resolver nuestros problemas de espacio quedándonos aquí», sentencia el decano, advirtiendo que no sabe si serán «capaces de comenzar el próximo curso sin invadir algún otro espacio». Teniendo en cuanta, por ejemplo, que en la facultad se encuentran todos los despachos de profesores de Informática, que cuenta con sus propias dependencias en un edificio de Los Catalanes.

Ya lo avanzaron el rector en campaña de reelección, García Granda, y Jesús Chamorro cuando tuvieron la oportunidad: a la necesidad de agrupar las sedes judiciales cerca del Palacio de Justicia de Llamaquique se juntaba el proyecto de mudar el campus a El Cristo. «Ellos tienen la capacidad y nosotros la urgencia», afirmó el presidente del TSJA.

Bajando al suelo, la Universidad también las tiene. Así lo explica el decano de Ciencias, que desvela cómo las facultades se rifan el aulario de Geología como si de una pista de pádel se tratara en un club deportivo para poder dar clases mientras continúan sus estrecheces de aulas y despachos. «Utilizamos un aula de Geología pero depende quién lo necesita más y aun así a veces no resulta suficiente», explica. «El aulario tiene más novias como los compañeros de Educación», ahonda previendo un inicio de curso 2021-2022 «muy lejano a la normalidad».