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El arquitecto navarro Patxi Mangado aterrizó a última hora de la tarde de ayer en la ciudad con un propósito muy claro: comenzar el periplo de «encuentros técnicos», como el mismo los denomina, con las autoridades del Principado y el Ayuntamiento de cara a comenzar ... a esbozar las líneas maestras del proyecto de reordenación de la Fábrica de Gas, después de que el fondo de inversiones Ginkgo le comprase los terrenos a EdP e iniciase un plan valorado en 52 millones de euros. Dos reuniones, una a primera hora en la Consejería de Cultura con el director general de Patrimonio, Pablo León; y otra posterior en Urbanismo, previo paso a saludar por el despacho del alcalde, Alfredo Canteli, de las que salió con las ideas claras y alguna que otra consideración. Entre ellas, que «una actitud más intransigente o conservadora es muy poco útil para la Fábrica de Gas».
Y es que, en sus palabras, el verdadero objetivo es poner el foco en, «más allá de sus edificios concretos, la importancia urbana que tiene para regenerar una zona de Oviedo que es centro histórico y que se ha ido quedando un poco abandonada y sobre la que no se ha actuado» a lo largo de estos últimos años. Una zona «en la que hay que ser muy sutil, muy preciso y muy riguroso», pero sin perder de vista que el resultado debe ser «integrar la Fábrica de Gas en la trama urbana», ha sentenciado.
Sobre el encuentro con Cultura, Mangado ha destacado el clima de «colaboración mutua» y «que están muy dispuestos para trabajar juntos». Lo mismo el Consistorio, ha señalado, al tiempo que se ha mostrado «optimista» de que «no vaya a haber mucho problema» en lo que toca a la necesaria relación con las administraciones para la ejecución del proyecto. Los unos, porque se trata de una manzana con elementos destacados del patrimonio histórico industrial ovetense y afectada, en parte, por los distintos entornos de protección de los monumentos cercanos; y los otros, el Ayuntamiento, porque se trata de la administración urbanística actuante.
En lo que toca al proyecto, si bien se encuentra aún en una fase muy inicial que ya ha arrancado con el desbroce de los terrenos y a la que, tal y como adelanta hoy EL COMERCIO, irá precedida de una descontaminación de los terrenos que se alargará entre ocho y nueve meses, Mangado ha explicado que se transformará el ámbito en una zona «con mezcla de usos», en la que convivirán el residencial, «dotaciones de servicio público» y «un gran espacio público de uso libre». En ese sentido, las previsiones de edificabilidad ya han comenzado a definirse. Una parte de las viviendas estarán integradas dentro del propio gasómetro, con una solución arquitectónica similar a las que pueden verse en algunas de las principales ciudades europeas. La otra parte, en toda una serie de parcelas aledañas que bordean el ámbito de la propia factoría hacia El Postigo y que Ginkgo lleva cerca de seis meses comprando.
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