«El estado del campo nos impide crecer al ritmo que podríamos»

-¿Cuál es la salud del club en la actualidad?

-A nivel de socios estamos en torno a los 300, la cifra de jugadores por ahí anda, 250, con la particularidad de que tenemos equipos desde senior, masculino y femenino, sub 18, sub 16... hasta sub 8. Hay que hacer notar que los chicos y las chicas juegan juntos hasta los 16 años. Es un buen nivel de fichas.

-A nivel económico, ¿la pandemia les ha afectado?

-Estamos muy agradecidos con los patrocinadores, la mayoría han renovado a pesar de la situación. Luego hacemos alguna que otra campaña local, de apoyo de establecimientos locales para que coloquen nuestra pegatina, estamos satisfechos con la situación actual.

-Su objetivo tanto deportivo con el primer equipo como a nivel de club, ¿cuál es?

-El objetivo del senior es volver a División de Honor B y consolidarnos, a medio largo plazo si conseguimos trabajar bien es tratar de llegar a la máxima categoría. Eso lo vinculamos a nuestra cantera, hay otros modelos, pero nosotros basamos nuestra mejora del primer equipo en la cantera. Aparte de trabajarla y trabajarla bien lo que estamos haciendo es tratar de ampliarla para crecer.

-El rugby poco a poco logra ser más popular.

-Parece que ha calado en la gente, vas por la calle y te preguntan cómo se puede practicar, cómo poder traer a los hijos a jugar con nosotros... El problema para crecer es la realidad que tenemos. Es muy difícil hacerlo al ritmo que quisiéramos y que creemos que podemos hacerlo por las limitaciones del campo. Por eso creemos que es inexcusable disponer de un campo de hierba artificial. No solo para nosotros, para todos los clubes de rugby de Oviedo. Queremos seguir desarrollando la labor con dignidad. Es lo menos que se puede pedir.

-Y eso que les mandaron a la casilla de salida, de nuevo, con la reforma del campo.

-Quiero ser optimista. Hemos conseguido que se esté hablando del campo. Que el Ayuntamiento vuelva a tener en la mano el asunto. En la última reunión con la Dirección General de Deportes nos trasladaron el compromiso de que ambas instituciones se van a reunir este mes. Tengo la esperanza de que aunque, como dice, estemos de nuevo en la casilla como tantas veces, el arranque sea definitivo.

-¿Cuál es el mayor problema de un campo en esas condiciones?

-Competimos con el fútbol que está a otro nivel, el balonmano y el baloncesto tienen sus instalaciones a cubierto con duchas y agua caliente. Unas ciertas comodidades. Nosotros no podemos decirles a los padres súbalo a las seis al Naranco a entrenar impecable, que se lo devolvemos metido en una bolsa de basura para que vaya en el maletero del coche directo a la ducha. Quizás a los críos les apetezca más rebozarse en barro, pero a los padres no.

-Para que un club como el Oviedo Rugby funcione, ¿cuánta debe ser la implicación de socios, padres..?

-Nosotros tenemos una participación de los padres tremenda. Todo el tiempo que llevo en el rugby hemos logrado que nuestro club sea social, que haya una interrelación importante. Con la escuela tenemos una asociación de padres que colabora y que es fundamental. A otros niveles, obras acometidas en el mantenimiento de la instalación, hasta donde llegamos, en zonas de vestuarios, salas, las hacemos gracias a la colaboración de los patrocinadores como fue el caso de Aqualia y los problemas de caudal de agua y agua caliente que teníamos. Veteranos, padres, jugadores, todos se ponen el mono de trabajo para sacar el club adelante.

-¿Cómo ve el deporte del rugby en el contexto ovetense y asturiano?

-Creo que vamos creciendo. En el caso de Gijón o Avilés no es que un campo de hierba artificial sea un objeto de deseo sino que son realidades. En el terreno deportivo, nosotros seguiremos apostando por nuestra cantera.