'Clavelitos' y piropos en el Auditorio

Los encargados de abrir el recital fueron los miembros de la Tuna de Veteranos de la Universidad de Oviedo, los anfitriones. Su presidente, Raúl Estrada, comentaba minutos antes de subirse al escenario que este certamen sirve para «mantener vivo» el espíritu de estas hermandades. Alega que esta tradición se está perdiendo con el tiempo y en la capital del Principado hubo épocas con «cinco» agrupaciones. En la actualidad «solo queda uno». «No sé a qué se debe esta recesión. Puede que las estudiantinas se hayan pasado de moda o que se deba a una crisis puntual», apuntó.

Tras estas palabras se subió el escenario de la sala principal del Auditorio con sus compañeros y durante veinte minutos interpretaron cinco temas diferentes. Todos ellos estaban dedicados a las mujeres y con la canción 'María Dolores' recitaron veintidós versos en los que se incluyen «quince bellos piropos y una declaración de amor».

Una vez concluida su actuación, el protagonismo recayó en «la mejor tuna del continente africano: la de Melilla». Abrieron su concierto con 'Clavelitos' y durante varias estrofas el público les acompañó en el cante.

La mañana la cerró la Cuarentura Náutica de Santander. Después, los cuatrocientos músicos se dirigieron a tres sidrerías de la calle Gascona para comer y a media tarde el certamen se reanudó con la Cuarentuna de Pamplona.

El certamen se cerró con una actuación de todos los tunos participantes, pasadas ya las nueve de la noche.