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La Jefatura Superior de Policía de Asturias investiga como un homicidio la muerte de un hombre de origen latinoamericano que fue hallado muerto con una puñalada en el corazón –y en extrañas circunstancias– en el 3ºA del número 17 de la calle Fuente la Braña, en La Corredoria, en Oviedo, durante la mañana del viernes. Al parecer, y según ha podido averiguar EL COMERCIO, se trataba de Leónidas Laborde Escobar, de 67 años, el cuidador interno de un conocido vecino del barrio al que todos se refieren por el mote de 'Oscarín', que padece un grave trastorno psiquiátrico y que vivía en el domicilio donde fue encontrado el cadáver. Los residentes de la calle vieron cómo varios agentes lo custodiaban para llevárselo detenido pocas horas después de que se montase un amplio operativo policial y de emergencias. Este ha declarado que «no recuerda nada» de lo sucedido. Las mismas fuentes sostienen que, a falta del resultado de las pertinentes pruebas en el Instituto de Medicina Legal, se trataría de un caso de muerte violenta. El cuerpo presentaba una herida inciso contusa en el pecho, en la zona del corazón, que le habría costado la vida. La Policía Nacional no se cierra a ninguna hipótesis y mantiene abiertas todas las líneas de investigación, mientras otras fuentes advierten que el arma del crimen se trataría de un cuchillo y que no ha aparecido.
La voz de alarma la dio, a primera hora de la mañana, una vecina del edificio cuya vivienda se encuentra puerta con puerta con el paciente psiquiátrico. Este vivía con su cuidador, que lo había sido de su padre hasta la muerte de este hace poco menos de un año y al cual el hermano del sospechoso le había pedido que continuase trabajando para la familia, atendiendo a 'Oscarín', al que hacía la comida y controlaba las horas a las que debía tomarse la medicación. Fue el propio detenido el que salió de su casa, «muy alterado», para avisar a sus vecinos de lo ocurrido. Su vecina, que lo conoce desde hace años y manifiesta encontrarse «consternada» por lo sucedido, accedió al piso y poco después llamó a emergencias.
Hasta el lugar se trasladó rápidamente una ambulancia, aunque los sanitarios comprobaron rápidamente que el hombre no tenía pulso y que se trataba de la escena de un posible crimen, también que podría llevar varias horas muertos (probablemente desde la noche anterior), y a los pocos minutos se presentaron allí varias patrullas de la Policía Nacional.
«Lo conocía de verlo durante años, daba los buenos días y las buenas tardes», explicó la vecina, aún muy afectada. «Nunca había pasado algo así aquí, es una comunidad normal, estamos que no sé cómo estamos», sentenció. Frente a ella, la puerta del piso donde tuvo lugar el presunto crimen, precintada con el sello de la Policía Científica. Los agentes terminaban este sábado, a eso de las cuatro de la tarde, de actuar en la vivienda. Se les vio abandonarla con varias bolsas, cajas «y un ordenador portátil».
'Oscarín' era cliente de tres bares de la zona y de un estanco. Los agentes se han estado entrevistando con los propietarios y trabajadores de estos establecimientos, y al menos en uno de ellos solicitaron las grabaciones de las cámaras de seguridad. «Venía por aquí todos los días, unas seis veces por semana, se tomaba su descafeinado o un Kas y se quedaba en la terraza fumando. Hablaba solo, como si tuviese dos personalidades, pero nunca se metió con nadie», señaló a este diario el dueño de uno de los locales de confianza del sospechoso.
Palabras similares a las de la alcaldesa de barrio de La Corredoria, Maite Orozco, que no ha parado de recibir los diferentes testimonios de los vecinos. «El chico andaba por el barrio todo el día, pasaba por las cafeterías y hablaba con todo el mundo, no sé qué ha podido pasar, pero sí es verdad que era una persona en tratamiento», afirmó.
«La Policía me preguntó si lo veíamos capaz de matar alguien y si había ocurrido algo fuera de lo normal, pero les contesté que no. Era más bajo y menos corpulento que el boliviano –en referencia a la víctima– y nunca lo vimos hacer nada malo. Yo no le creo capaz. Cuando los agentes pasaron por delante del bar y lo llevaban con ellos, él me saludó». Fue después cuando estos entrevistaron al hostelero. «Los policías estaban buscando el cuchillo por las papeleras».
El revuelto ha estado servido durante estos días en la calle Fuente la Braña. Otros testimonios sostienen que la escena del crimen se encontraba «inusualmente limpia», que el cuerpo había aparecido en una «posición extraña» y que faltarían diversas prendas de ropa, aunque tales extremos no fueron confirmados por la Jefatura. También, que la víctima mantenía un menor contacto con el resto de vecinos, aunque saludaba a todo el mundo, y que también frecuentaba diferentes locales hosteleros de la zona.
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