De una empresa de seguridad al sacerdocio

Un día, Rafael García, de 46 años y vecino de La Corredoria, sintió que su vida cambiaba. Trabajaba en «una empresa de seguridad, vivía solo» y notó la llamada de Dios al sacerdocio. Primero colaboró con su parroquia y desde hace cuatro años estudia Teología en el Seminario Metropolitano. Un lugar donde ayer se celebró el rito de admisión para ser cura, con un acto presidido por el arzobispo, Jesús Sanz Montes, quien calificó este día de fiesta. Hoy se celebra el patrono de las instalaciones, San José, y en la víspera este seminarista da «un paso importante en su camino» después de que en un momento sintiese como «una corazonada llamaba a su puerta».

Es un sentimiento parecido al «flechazo del amor que termina en la familia cristiana» y nace en cada persona de forma diferente. «Mi experiencia como sacerdote -explicó el arzobispo durante la homilía- viene de la admiración de mi párroco en Madrid y en el colegio me volvió a suceder lo mismo». Llegó un momento «donde esta corazonada se transformó en una certeza» y este momento tan especial fue el que vivió ayer García.

Acompañado de su familia, profesores y el resto de seminaristas pasó de «ser alumno» a ser «un candidato al sacerdocio». «Hasta ahora has ido haciendo cursos, has aprobado todo, te has integrado, pero hasta hoy solo eras un estudiante de Teología que vivía en el Seminario. Es por ello que el acto de hoy es un momento importante en tu recorrido vocacional».

Un primer paso, añadió García, que un día «colmará en sacerdocio». Hasta entonces, se seguirá formando «pastoralmente y personalmente». «Un sacerdote tiene que aprender a ser testigo de una vida que no es nuestra; de una palabra que no es nuestro vocabulario porque estos dones y palabras se nos han sido confiadas». La vida de un sacerdote, concluyó San z Montes, es cuidar «una palabra que pronuncian tus labios».

Después de este discurso, García subió al altar de la capilla del Seminario para aceptar este nuevo paso en su vida y al finalizar la misa saludó a cada uno de los asistentes. Entre ellos se encontraba el rector del Seminario, Sergio Martínez, así como José María Sauras, que se hará cura a sus 72 años.

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