El 'efecto Leonor' llena la Cámara Santa

Así lo manifestó, en declaraciones a este diario, el deán Benito Gallego: «Pese a la época del año en la que estamos, en la que las visitas a la Catedral y a la Cámara Santa no suelen ser muy numerosas, han ascendido ligeramente», explicó.

La Princesa de Asturias no se fue con las manos vacías. Después de ver la Cruz de la Victoria o el Santo Sudario, el Arzobispado y el Cabildo obsequiaron a la Familia Real con una edición facsímil del testamento de Alfonso II el Casto, datado en el año 812. Otra joya.

Los administradores del templo aún no han cerrado el cómputo total de visitantes del primer trimestre tras el período estival. Pero hay una realidad: los visitantes que acuden y pasean por su interior con las audioguías se cuentan por centenares. Los sábados, a las doce del mediodía, tienen lugar las citas más concurridas.

Actualmente, la Catedral no cuenta con subvenciones de ningún tipo para su funcionamiento. Recibían 20.000 euros del Ayuntamiento, pero en 2015, el deán Benito Gallego solicitó que no se renovara el convenio para evitarse así «interferencias» en la vida diaria.

El templo se autofinancia, pues, con las entradas que pagan los turistas desde que el acceso dejase de ser gratuito en 2014. De ahí sacan para los gastos del día a día y los de más enjundia, como las restauraciones. La localidad general, que incluye audioguía con explicaciones en siete idiomas, permite ver toda la Catedral, incluyendo la Cámara Santa y y el Museo de la Iglesia. Vale siete euros.

Existen descuentos para los jubilados, los grupos, los escolares de Secundaria y universitarios, peregrinos acreditados, familias y parados. La visita vale menos cuando hay liturgia, porque no se ve la Catedral entera. Además, varios colectivos entran gratis: discapacitados, menores de 12 años acompañados, sacerdotes y, por supuesto, quienes acudan a servicios religiosos.

En estos meses fríos, hasta febrero, el templo abre para las visitas de 10 a 13 y de 16 a 18 horas. Por otro lado, cualquiera puede, por ocho euros, sacarse un abono a la Catedral, que permite visitarla de manera ilimitada a lo largo de un año.