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En junio, la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, abrió un nuevo horizonte para la reindustrialización asturiana con el anuncio de la futura construcción de un centro tecnológico ligado a la producción del nuevo Vehículo de Apoyo a Cadenas (VAC), que se ... construirá en Trubia de la mano del consorcio Tess Defence, ahora liderado por Indra, por cerca de dos mil millones de euros. Aún no hay plazos detallados ni ubicación definitiva para esa factoría de alta tecnología, que se encargará de acoger –en lugar de la fábrica de armas de Santa Bárbara en la villa cañonera– las tareas de integración final de blindados y llevará aparejado un equipamiento de ingeniería avanzada. Todo ello, alimentado por los casi cinco mil millones de euros de inversión de los dos megaprogramas del Ejército de Tierra, el 8x8 y el citado VAC. Lo que sí hay es una estimación de la superficie de suelo industrial que requerirá: 200.000 metros cuadrados, similar en tamaño al centro logístico de Amazon en Siero. Una buena noticia para la región, pero no tanto para Oviedo, pues la capital no cuenta con parcelas industriales de ese calibre.
Así lo explica el alcalde, Alfredo Canteli, en declaraciones a EL COMERCIO. «Necesita 200.000 metros, que son muchos metros, y el primer frenazo para Oviedo es que ni los tenemos en el polígono industrial de Olloniego, ni los tiene la fábrica de La Vega», lamenta el regidor. No obstante, el primer edil no baja los brazos y advierte que el equipo de gobierno local se encuentra estudiando posibles localizaciones y encajes urbanísticos que pudieran ser atractivos para el consorcio de empresas y el Ministerio de Defensa.
«Hay que mirar si en Oviedo hay alguna zona que pudiera ser». ¿Cuál? Desconoce la respuesta. «Desde el miércoles estoy hablando de ese tema; hay que buscar una zona, pero no es fácil. Vamos a mirar a ver si logramos empujar a Oviedo», sentencia Canteli.
Lo que tiene muy claro el alcalde es que en este preciso asunto no caben localismos. Preguntado sobre si teme que la inversión termine en Siero, contesta de forma contundente: «Si viene a Siero, pues bienvenido sea porque yo quiero que venga a Asturias, lo primero». No en vano, Tess Defence podría haber escogido cualquier otro emplazamiento de la geografía nacional para su futuro cuartel general, en términos industriales, pero es en Asturias donde se diseñan y fabrican los vehículos blindados del Ejército de Tierra.
Así, continúa el popular, «quiero que venga a Oviedo, por supuesto, porque estamos hablando de mucho empleo; ojalá venga a Asturias y ojalá venga a Oviedo, pero no es fácil, porque con 200.000 metros cuadrados de terreno nada es fácil». Además, concluye, «no estamos hablando sólo de la superficie de fabricación, se necesitarán otros 9.000 metros cuadrados de zona de ensayos y luego hay que hacer pruebas».
La participada por el Estado asumió esta semana el liderazgo del consorcio de empresas que hasta la fecha capitaneaba Santa Bárbara Sistemas, y del que también forman parte Sapa y Escribano, tras cerrar un acuerdo de compra de acciones valorado en casi 107 millones de euros. Con ello, la compañía promete situar a la sociedad como 'prime contractor' de los programas de blindados del Ejército de Tierra presentes y futuros, y traerá consigo la creación en el Principado de la nueva fábrica de alta tecnología con capacidad para concentrar los recursos industriales y de ingeniería de diseño de los distintos megaprogramas. Instalaciones en las que, según expuso la compañía esta semana, «se realizará una apuesta por la atracción de talento, para mantener y reforzar el empleo generado de alta calidad, valor añadido e impacto tecnológico».
Dicho centro sustituirá a la fábrica de armas de Trubia en tareas concretas como la fase final de integración de vehículos blindados, que seguirá realizando Santa Bárbara Sistemas durante el medio plazo hasta su construcción. No quiere decir que SBS vaya a perder peso en la industria de defensa, ya que el acuerdo con Indra incluye la participación esencial de la marca española de General Dynamics como tecnólogo y autoridad de diseño en estos programas y los venideros.
Por poner un ejemplo, Defensa requerirá próximamente el suministro de sistemas de artillería autopropulsada para sustituir a los viejos M-109. El ministerio establece la necesidad de comprar 36 unidades de un modelo con ruedas y 109 de otro sobre cadenas, y, en ese sentido, Santa Bárbara tiene un modelo para cada opción. En el mercado exterior, eso sí, la firma mantendrá su plena independencia de diseño, desarrollo y producción de plataformas terrestres.
Por lo pronto, Indra ha cogido con ímpetu los mandos del consorcio Tess Defence y confía, entre otras cosas, en borrar la sombra de los retrasos del programa 8x8 Dragón con la entrega de doscientas unidades hasta 2026.
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