El diseño del nuevo Bulevar de Santullano se extenderá solo hasta el puente de Ángel Cañedo

De lo planteado por los arquitectos que esta semana rescindieron su contrato con el Ayuntamiento, se salvará, sin embargo, su propuesta de derribar el citado puente para convertirlo en una rotonda a nivel que mejore la conexión de los barrios separados por la autopista.

En el diseño de Bosque y Valle, antes de la futura rotonda de Ángel Cañedo habían planteado dos glorietas más, una de acceso al HUCA y otra entre Ventanielles y avenida de Atenas, que ahora se descartan para ajustar la actuación a la línea subvencionada por la Unión Europea: 3,6 de la inversión total de 19 millones que pretende invertir el Consistorio hasta 2023.

En sus cálculos, las tres rotondas servían para disipar los 26.000 coches que ahora pasan cada día bajo el puente de Rubín. De completarse aquel diseño, las demoras en cada una de ellas serían inferiores a diez segundos, por lo que es presumible que, en la única, en Ángel Cañedo, el tiempo de espera sea algo superior.

Así, la reordenación del ámbito se limitará al tramo de autopista comprendido entre la Cruz Roja y el Palacio de los Deportes sin entrar en afecciones a terrenos de los que el Ayuntamiento no es propietario. Sobre todo, porque los cambios de planeamiento que debían introducirse y la titularidad de los terrenos fueron unas de las razones esgrimidas para rescindir el contrato con la UTE.

Como ayer avanzó este diario, las ideas que barajan los técnicos descartan una opción soterrada para el bulevar, de muy difícil encaje con otro de los objetivos del proyecto: proteger San Julián de los Prados mientras se rebaja el número de vehículos a la entrada de la ciudad. Y, por añadidura, por tratarse de los suelos de peor calidad de toda la ciudad.

Según los técnicos, una de las deficiencias del proyecto de Bosque y Valle era la indefinición de los plazos de obra y la separación por zonas. Su intención era comenzar la actuación entre la citada glorieta a la altura del Palacio de los Deportes y la de Rubín dejando, como última actuación, el tramo de autopista más próximo al centro de la ciudad.

En el último informe de Infraestructuras, valorando el proyecto, se advierte de ello: «Como se aprecia las fases no son más lógicas, pues supone empezar por la zona central creando en el centro de la traza una solución parcial cuya provisionalidad se demorará en el tiempo de forma indeterminada, sin ofrecer una solución temporal a base de obras acabadas». Una estimación que supondría una década de actuaciones.

También se ponen reparos, pese a que el informe validó el trabajo de Bosque y Valle, a la intención de recuperar la topografía original del terreno a lo largo de, aproximadamente, los 3 kilómetros de ámbito de actuación. De igual manera, Infraestructuras ve serias afecciones a las comunicaciones de la que, hoy por hoy, es una de las principales vías de la ciudad. Así, informan los técnicos que la «propuesta genera problemas tales como dificultar las soluciones intermedias con enlaces provisionales sin plazo definido (lo que puede resultar comprometido por la imagen que ofrecería la ciudad) y alterar edificaciones existentes como el cuartel de la Policía Local».

Al limitar el ámbito a poco más de un kilómetro, otras de las actuaciones planteadas favorecerá, en la opinión de los técnicos, a la rapidez en la ejecución de otra de las obras planteadas como es el desvío del colector sur.

Un colector que no estaba en los pliegos y cuyo diseño también se le solicitó a Bosque y Valle y por el que cobrarán 80.000 euros aparte de los 225.000 de la rescisión del contrato.

Sin embargo, en el estadio temprano del nuevo proyecto el departamento todavía no ha definido la acometida. La opción que se baraja es la de que ocupe un carril y parte de la mediana, lo que favorecería, también, las obras de urbanización en superficie del bulevar como una calle urbana.