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Javier Suárez, delante de la Basílica menor de San Juan el Real. MARIO ROJAS
Diez años del reconocimiento de San Juan el Real como Basílica menor

Diez años del reconocimiento de San Juan el Real como Basílica menor

La buena nueva se festejó con los fieles en noviembre de 2014 durante una misa concelebrada por casi 30 sacerdotes

Domingo, 13 de octubre 2024, 02:00

San Juan el Real, orgullo de ovetenses, que aún conserva en su fachada una pieza de artillería que no explotó al impactar durante la guerra vivil, es desde 2014 Basílica Menor, la máxima distinción que la Iglesia Católica puede conceder a un templo que no sea una de las cuatro basílicas mayores de Roma, a la sazón, San Pedro, San Pablo Extramuros, Santa María la Mayor (conocida también como la basílica española y que aún hoy el Rey de España conserva el privilegio de poder entrar en su interior montado en su caballo) y San Juan de Letrán.

Han pasado diez años desde la comunicación que el actual párroco Javier Suárez, en aquel momento llevaba dos años al frente de la parroquia, recibió por parte de Roma; en concreto el 24 de septiembre de 2014, donde la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos «me comunicara que ya estaba firmado el decreto por el cual nos transformábamos de iglesia a Basílica menor», explicó Suárez.

Desde ese momento, San Juan el Real se unía a otra basílicas menores asturianas como las de Covadonga, la Catedral de Oviedo, la iglesia de Cangas de Narcea, Santa María de Llanes y el Sagrado Corazón de Jesús –'la iglesiona' como la conocen en Gijón–.

«Nos costó conseguir el título porque había unas condiciones que cumplíamos como la majestuosidad, la dignificación del culto, y la promoción de la Sagrada Liturgia», pero «nos pedían más cosas como los horarios de servicio, la confesión diaria y las medidas del templo», recordó el párroco. Y añadió: «Todo eso se lo mandamos en su momento al Cardenal Cañizares aunque sin el visto bueno de la Conferencia Episcopal y el Arzobispo, Jesús Sanz Montes, tuvo que firmar».

Al final, y tras varios dimes y diretes propios de las peticiones y más dentro de la ortodoxia de Roma, se consiguió el ansiado reconocimiento para San Juan y «lo hicimos público el 9 de noviembre de 2014, adecuando la fecha a la agenda del Arzobispo».

Fue una concelebración con cerca de 30 sacerdotes venidos de toda Asturias donde «se leyó el decreto y el Arzobispo predicó». Ese día culminó una historia que comenzó dos años antes, cuando Suárez llegó a su nuevo cargo como párroco de San Juan el Real «y me quedé sorprendido por la majestuosidad del templo, así que me pareció que merecía la pena luchar por conseguir la catalogación de Basílica Menor».

Entre las ventajas para los fieles que supone la nueva catalogación es que hay una serie de días en los que se concede indulgencia plenaria; es decir, el perdón de todos los pecados, hacer tabla rasa, si se cumplen una serie de requisitos como «confesar y comulgar 10 días antes o después de visitar la iglesia, rezar por el Papa y rezar el Credo», explicó el párroco.

Con esto se alcanza la Indulgencia Plenaria aunque en 2025, Año Jubilar en el mundo, «se puede conceder la Indulgencia Plenaria en todas las basílicas del planeta durante todo el año».

Han pasado diez años desde que llegara a San Juan el Real la buena nueva y la iglesia ha subido de rango aunque no por el ascenso se han superado los problemas que un templo de estas características tiene en el día a día. Goteras, techumbre, pintura... Todo ello se soluciona rezando mucho pero también con el mazo dando; es decir, sacando dinero de debajo de las piedras para resolver los problemas diarios que un templo tan lucido y majestuoso necesita.

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