A. ARCE
OVIEDO.
Domingo, 13 de junio 2021, 15:46
Bordes difusos, parcelas en tierra de nadie y vecinos a caballo entre uno y otro concejo. En toda la zona rural de la capital del Principado de Asturias hay casos curiosos de ovetenses cuyas propiedades se encuentran divididas entre los términos de dos ... municipios limítrofes. El principal problema, bromea desde la franja exacta que divide Oviedo y Siero en Limanes, a la altura de la escultura del doctor Flemming de la carretera de la iglesia parroquial, el vecino Francisco García, «es que nos vengan a cobrar los impuestos dos veces». Eso sí, relata, «¿cómo no voy a saber donde vivo?».
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En su caso, su vivienda habitual está en la zona de Limanes perteneciente a Siero. Ahí no hay dudas, «la vida sigue sin problema ninguno». Apenas unos cuantos cientos de metros lo separan del prau donde cuida a un toro, este ya en el Limanes ovetense. Ahora bien, en su posesión se encuentra una casa justo al pie de la carretera que siembra alguna que otra cuestión más. «Yo pago en Siero y hasta que nadie me diga lo contrario va a seguir así».
No obstante, si bien él lo tiene claro, anuncia que en el pueblo, donde «cada vez queda menos gente de la de toda la vida», «hay muchos que no saben dónde empieza lo uno y dónde acaba lo otro». Entre la despoblación de la zona rural, lamenta, «y que viene mucha gente joven, se están perdiendo muchas cosas».
En la otra esquina, dejando atrás Olloniego, otro caso peculiar se encuentra en El Padrún, justo en el límite de Oviedo con Mieres. Allí, Félix Luis Sánchez, propietario de la Casona del Padrún, una conocida sidrería de la zona, cruza de concejo a concejo con cada servicio a la terraza. «Es gracioso y extraño, pero ya estamos más que acostumbrados, dentro del bar están en Oviedo, pero una vez fuera ya es Mieres», explica el hostelero.
En cuestión de tributos municipales, la Casona del Padrún depende de Mieres y, «lejos de las bromas clásicas, aquí se lleva con total normalidad». Sin embargo, fue durante el segundo estado de alarma cuando hubo más dudas. En materia de cierres perimetrales y restricciones específicas «acatábamos las normas que afectaban a Mieres, pero sí es cierto que nuestros clientes no sabían muy bien si podían entrar o no en el bar», señala el propietario.
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En lo que respecta a todas zonas de la capital aún por delimitar, se requerirá del consenso de todos los concejos afectados. En ese sentido, el Centro nacional de Información Geográfica, tal y como advirtieron fuentes del Gobierno central a este diario, ya ha comenzado los trabajos de recuperación de los límites municipales. Consisten en la localización sobre el terreno de los mojones de término municipal o replantear los no encontrados, y en materializar la posición de dichas señalizaciones y el trazado de la línea límite entre ellos a través de sus coordenadas precisas. El objetivo, resaltaron desde el Ejecutivo, «definir sin incertidumbres el término municipal» del concejo.
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